La Gracia De Dios Revelada En El Ministerio

Texto: Efesios 3:1-11

Versículo clave: “Del cual yo fui hecho ministro por el don de la gracia de Dios que me ha sido dado según la operación su poder. Efesios 3:7

A todo hijo de Dios se le da el bendito privilegio de revelarles el plan de Dios a otros. Testificar debería ser una parte natural y continua de nuestras vidas.

UN VISTAZO PRELIMINAR

Casi a todos les gusta un misterio. Nos gusta seguir pistas para concluir donde se revela el misterio. En la Biblia hay misterios, pero no son como los misterios que normalmente conocemos. El conocimiento bíblico es progresivo. Depende del tiempo en el que vivamos y en nuestra condición espiritual personal. A través del tiempo Dios fue revelado poco a poco acerca de la forma de tratar con los hombres hasta que la Biblia fue finalmente completada. En la medida en que crecemos en la gracia y el conocimiento del Señor, podemos entender y apreciar más y más las fantásticas verdades de la Biblia.
De alguna manera estos pasajes son la clave para entender la epístola de Efesios. Aquí Pablo explica su ministerio personal y
su impacto sobre aquellos en Éfeso y todos los que viven en lo que llamamos la era de la iglesia. El primer siglo fue un momento crucial en la historia de la humanidad. En un periodo relativamente corto muchas cosas cambiaron. Jesús vino al mundo y su breve ministerio cambió al mundo para siempre. La propagación de sus iglesias cambió para siempre la manera en que el mundo pensaría acerca de Dios.
Estas palabras fueron dadas para que pudiéramos entender estos cambios y aplicar la verdad a nuestros propios corazones. El misterio aquí no es un secreto oscuro que sólo unos cuantos elegidos pueden entender; más bien es conocimiento que todos pueden tener si aprenden la verdad como Dios la da en su Palabra. Recuerde, la Biblia es la revelación. Si Dios quisiera mantenernos en tinieblas todo lo que tendría que hacer es quedarse callado.

UNA MIRADA MÁS CERCANA

I. Las cosas que los gentiles no sabían
Efesios 3:1-4

1. Por esta causa yo Pablo, prisionero de Cristo Jesús por vosotros los gentiles;
2. si es que habéis oído de la administración de la gracia de Dios que me fue dada para con vosotros;
3. que por revelación me fue declarado el misterio, como antes lo he escrito brevemente,
4. leyendo lo cual podéis entender cuál sea mi conocimiento en el misterio de Cristo.

Pablo comenzó refiriéndose a sí mismo como un prisionero; pero observe que él era prisionero de Cristo. Pablo jamás se refirió a sí mismo como prisionero de César. Pablo reconoció que Dios estaba en control de las cosas que César estaba haciendo. Jesús enseñó esto en su discurso con Pilato en Juan 19:11. Jesús le dijo a Pilato que el poder detrás de todos los gobiernos venía de parte de Dios. Pablo estaba en medio de la voluntad de Dios para su vida, y él sabía que Dios estaba en control, sin importar cómo les haya parecido a los de Éfeso. Todo cristiano debe siempre recordar que no importa lo que suceda, Dios está en control.
Pablo también mencionó que su encarcelamiento estaba a favor de los gentiles. Él era un prisionero específicamente porque les había predicado a los gentiles. Los gentiles se estaban beneficiando de su condición actual. Si él no hubiera sido arrestado, puede que jamás hayan conocido las verdades en ésta y en las demás cartas que escribió desde la prisión. Nosotros debemos aprender que Dios está obrando de muchas formas que nos son desconocidas, pero todas las cosas son para bien de los que aman a Dios.
La gracia de Dios está obrando en nuestra salvación y también está obrando en nuestro servicio al Señor. Fue una dispensación, o dádiva, de esta gracia la que había traído a Pablo a este ministerio. Los verdaderos ministros de Jesús nunca son hombres hechos por sí mismos. El ministerio no es una decisión entre las alternativas. Es un llamamiento, y es diferente y distinto de cualquier otra ocupación de hombres. Ningún predicador verdadero entra al ministerio por sí solo. El primer y más importante requisito para un predicador es que Dios lo haya llamado a predicar. Si este elemento no se da entonces su ministerio fracasará, sin importar qué más suceda (Mt. 7:21-23).
Pablo ocupó una posición única entre los apóstoles. Un apóstol debía ser un hombre personalmente escogido por Jesús y ser un testigo de la resurrección (Hch. 1:22). Pablo había cumplido con ambos requisitos, pero no estuvo presente con los demás apóstoles durante el ministerio personal de Jesús. Los demás apóstoles aprendieron mucho de la enseñanza personal de Jesús, pero Pablo tuvo que aprender estas mismas cosas a través de la revelación. En 2 Corintios 12 tenemos una pista de este proceso. Sin embargo Dios había hecho que Pablo conociera el misterio de los siglos, y él estaba pasando ese conocimiento a los efesios y a todos los que más tarde leyeran estas palabras.
En el versículo 4, llegamos al propósito de esta epístola. Pablo esperaba que quienes leyeran estas palabras entendieran el misterio que Dios le había revelado personalmente. Estas palabras son un intento de compartir este misterio con todos los que tuvieran contacto con esta verdad.
Nosotros jamás podemos estudiar la Biblia académicamente. La Biblia es personal y debemos tomarla como lo que es. No podemos hacer un análisis frío e indiferente de estas verdades porque son dadas para cambiar nuestros corazones. Si las vemos honestamente, tendrán ese efecto. Si no lo hacemos, entonces caerán a tierra como las semillas a la orilla del camino. Esto fue lo que quiso decir Jesús cuando le dio gracias a Dios que estas verdades habían sido reveladas a los hijos pero escondidas a los sabios (Lc. 10:21). Pero si estudiamos la Palabra con un espíritu frío y calculador, buscando errores y fisuras, nunca nos beneficiaremos de nuestro estudio.

II. Los hombres que Dios escogió para que trajeran revelación
Efesios 3:5-8

5. Misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu:
6. que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio,
7. del cual yo fui hecho ministro por el don de la gracia de Dios que me ha sido dado según la operación de su poder.
8.A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo.

Aquí tenemos un vistazo a la naturaleza progresiva de la revelación. Este misterio no había sido dado a conocer a los hombres en otras edades, pero ahora finalmente fue revelado. Por favor observe que la razón por la cual los hombres en otros siglos no conocían estas cosas no era por no ser lo suficientemente listo o inteligente para descifrarlas. Dios específicamente había reservado ciertas cosas para que fueran reveladas en un cierto tiempo. En ese tiempo la revelación sería total y hasta ese momento no lo sería. Recuerde esto conforme estudiamos sobre las profecías de los eventos de los últimos tiempos.
El mecanismo de revelación fue a través de los apóstoles, los profetas y el Espíritu Santo. El Nuevo Testamento mayormente fue escrito por los apóstoles. Ciertamente hay palabras de profecía incluidas y todo esto se hace entendible para nosotros por el ministerio del Espíritu Santo en nuestros corazones. Nunca olvide que necesitamos al Espíritu Santo para que nos ayude a entender la Palabra. Un estudio académico frío de la Biblia jamás satisfacerá nuestros corazones, pero cuando leemos estas maravillosas palabras y permitimos que Dios nos guíe en la aplicación de ellas a nuestros corazones, nuestras vidas serán cambiadas por lo que aprendemos.
La verdad escritural que Pablo comunica aquí es que los gentiles son coherederos y partícipes de las promesas que Dios les dio a los judíos. Al expresar esto Pablo usa tres términos únicos.
Literalmente se leería: coherederos, copartícipes y cuerpo compartido. Cuando venimos a Cristo, todas las demás diferencias se disuelven, y venimos a ser uno en Él. En estos términos tenemos las soluciones a todos los problemas que plagan la humanidad.
El primer término tiene que ver con las posesiones. Nuestros problemas con el mundo físico son todos resueltos en Jesús. Jesús no nos muestra cómo mantener lo que es de este mundo, sino cómo renunciar a las cosas que no podemos guardar y ganar cosas que no podemos perder. La solución final a las posesiones físicas está en la resurrección. En este mundo vivimos en un estado de declinación y decadencia, pero en la resurrección todo esto se revertirá, y todas las cosas serán hechas nuevas, aún los principios físicos del universo y todo esto es posible en Jesús.
El segundo término trata con nuestras relaciones. ¿Por qué es que las personas pelean y luchan entre sí constantemente? Mucho de nuestro enfrentamiento es porque no nos consideramos miembros de un mismo cuerpo. Ahora los intentos artificiales para unir la humanidad destinados a fracasar, pero hay una verdadera unidad y ésta es en Jesús. Cuando la gente viene a Jesús, todas las demás diferencias son dejadas a un lado y entonces puede haber una unidad verdadera.
El tercer término alusivo a la humanidad tiene que ver con el poder. Los hombres se esfuerzan por ejercitar poder sobre los demás y sobre su entorno. Estos temas están todos resueltos cuando comprendemos que somos copartícipes del poder y de las promesas de Dios. El Espíritu Santo morará en los corazones de quienes creen en Jesús y le reciben para hacer todo lo que sea escrituralmente necesario. Este poder no es dado caprichosa o arbitrariamente. Dios da este poder a todo el que cree sin importar cuál sea su situación o su nivel de vida. Nosotros siempre tenemos el poder para hacer la voluntad de Dios. Pablo incluso tuvo este poder como prisionero en Roma.

III. Los propósitos eternos de Dios
Efesios 3:9-11

9.Y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas.
10. para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales,
11. conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor.

El propósito de Dios es que todas las personas conozcan el misterio. La pieza clave del conocimiento es que todo esto se hace posible por Jesús. Muchos, aun los que son realmente salvos, tienden a considerar su relación con Dios como un accesorio necesario para la vida. Algunos ven el cristianismo con una actitud de tómelo o déjelo, pensando que pueden disfrutarlo o dejarlo de lado a su antojo. Nada puede estar más lejos de la verdad. Jesús es el centro de toda la vida. Nosotros sólo podemos entender la vida y nuestro lugar en el universo en la medida que nos relacionamos adecuadamente con Él.
Jesús es el autor de la creación. Todas las cosas fueron hechas por Él y sin Él nada fue hecho (Jn. 1:3). Esta es una idea radical que no es aceptada universalmente, pero sin embargo es cierta. A menos que comprendamos esto y actuemos según esto, jamás podremos comprender el misterio de Dios.
Así como todas las cosas fueron hechas por Jesús, fueron hechas con un propósito. Este mundo no es un gran accidente de la evolución. Fue hecho por un Creador y fue hecho con un propósito. El propósito es que el poder del universo pueda ser revelado por la verdad de la Palabra de Dios. Esta verdad le ha sido encomendada a las iglesias del Señor. Las iglesias tienen la responsabilidad de enseñar y predicar esa verdad, y las personas en todas partes del mundo tienen una responsabilidad de oír y creer esa verdad.
La sabiduría de Dios es diversa, tiene muchas partes y ciertamente no puede ser buscada en lo que a la mente humana se refiere. Dios tiene un propósito eterno y se nos revela a nosotros y a través de nosotros conforme nos acercamos a Jesús en nuestras relaciones personales y espirituales.

UNA PALABRA FINAL

El propósito de Dios es la revelación. Él quiere que conozcamos la verdad, que actuemos en verdad y que descansemos en la verdad. Esta verdad no es un concepto; es una persona. Jesús declaró claramente que Él era la verdad (Jn. 14:6). Jesús no es uno de los caminos a la verdad. Él no es un conciliador de la verdad entre muchas otras verdades. Él es la única verdad. Sólo cuando conocemos a Jesús podemos llegar a saber más acerca de nuestro mundo y sobre nosotros mismos.
Este es el misterio que el mundo no conoce. El mundo pone a Jesús en una categoría de líderes religiosos y espirituales que incluye varios hombres e incluso algunos productos de la imaginación. Esta es una completa locura y jamás llevará al descubrimiento de la verdad. Sólo cuando vemos a Jesús por lo que Él es, podemos vernos a nosotros mismos como realmente somos.
Dios nos ha dado una mente para que la usemos con el fin de buscar nuestro conocimiento. Nos ha dado entendimiento y nos dará sabiduría si se la pedimos. Entonces podemos usar estos regalos para descubrir el gran misterio de su gracia. El misterio es simplemente que todas las cosas al final encuentran su plenitud en Jesucristo.
Podemos buscar satisfacción en varios lugares, pero nunca encontraremos eso hasta que veamos nuestras almas y encontremos una buena relación con Jesús ahí. Esto viene a través de la gracia de Dios y por medio de nuestra fe en Jesucristo. Cuando usted encuentra eso, ha puesto el fundamento para el descubrimiento de toda la verdad restante.

PARA DISCUSION

1. Cite algunas cosas que ahora sabemos y que eran desconocidas apenas hace unos años.
2. ¿Cómo aprendió lo que sabe ahora? ¿Puede usted describir el proceso de aprendizaje?
3. Nombre algunas maneras en que podemos enseñar las verdades eternas del evangelio.
4. ¿De qué formas es todo hijo de Dios un ministro?


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