Ministrando a Distintas Personas

Texto: 1 Timoteo 5:1­-16; Tito 2:1-­10

Versículo clave: “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente”. Tito 2:11, 12

Debemos reconocer, agradecer y procurar aplicar las instrucciones bíblicas a cada fase de nuestra vida.

UN VISTAZO PRELIMINAR

El comportamiento apropiado en la casa de Dios significa tratar de manera adecuada a todas las personas de todas las edades y de todas las clases sociales. En la lección hoy veremos que la Biblia es un libro práctico. Trata con los problemas reales que enfrentan cada día las personas reales. ¿Cómo puede una iglesia local ministrar adecuadamente a las diversas necesidades de una congregación que constantemente cambia?
Una gran parte de la respuesta a esa pregunta se encuentra en estos versículos. Primero, nosotros debemos observar que no todos son tratados de la misma forma. Dios no hace acepción de personas, pero Dios también reconoce que no somos intercambiables. Cada individuo tiene necesidades diferentes. Estas necesidades cambiarán en la medida que las situaciones y las
circunstancias de la vida cambien. Las cosas que son prioritarias en las mentes de los jóvenes rara vez son consideradas por los que son mayores. Las viudas tienen necesidades diferentes a las de los siervos; no obstante, en estas instrucciones a Timoteo y a Tito, Dios se refirió a las necesidades individuales de todos los grupos.
Nosotros debemos tomar estas instrucciones así de precisas y personales. Nos están diciendo aspectos específicos sobre nuestra conducta y servicio los unos a los otros. Pero también tenemos que entender y aplicar los principios que son el fundamento de esta conducta. En varias ocasiones en estos versículos leemos palabras tales como ruega, habla, enseña y exhorta. Estos son los medios que usamos para ministrar a otros.
Una parte fundamental del ministerio de cualquier iglesia es enseñarle a quienes son miembros acerca de la verdad de la Palabra de Dios. Un entendimiento de la Biblia ayudará a cualquiera a enfrentar cualquier situación.


UNA MIRADA MÁS CERCANA

I. Los ancianos
Tito 2:1­3

1. Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina.
2. Que los ancianos sean sobrios, serios, prudentes, sanos en la fe, en el amor, en la paciencia.
3. Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien.

1 Timoteo 5:1, 2

1. No reprendas al anciano, sino exhórtale como a padre; a los más jóvenes, como a hermanos;
2. a las ancianas, como a madres; a las jovencitas, como a her­manas, con toda pureza.

Hoy conocemos a Tito, un pastor en la isla de Creta. Tito enfrentó un campo particularmente difícil. Uno de los profetas de Creta había dicho que estas personas eran mentirosas, malas bestias y glotones ociosos (Tit. 1:12). Pablo había dejado a Tito en Creta para poner en orden lo que faltaba. Una parte de esto era enseñándoles a los miembros de la iglesia cómo relacionarse adecuadamente entre ellos. Todos necesitaban oír palabras de sana doctrina. Jamás somos tan jóvenes y nunca somos tan viejos para aprender la sana doctrina de la Palabra de Dios.
A Timoteo se le dijo que no rechazará, ni públicamente avergonzara, a un anciano. Él debía tratar a los ancianos como a su padre y a las ancianas como a su madre. Esto reflejaría una actitud de amor y respeto, lo cual es atractivo tanto en un hogar como en una iglesia.
Observe las instrucciones específicas que Tito debía darles a los miembros ancianos. Primero, debían ser sobrios. Obviamente esto significa no estar intoxicado, pero la palabra también sugiere mirar con seriedad la vida y sus responsabilidades. Los miembros ancianos se les manda a ser serios pero no apagados.
El término serio significa “digno”, pero no sin humor. La ancianidad debe guiar a la dignidad y esa dignidad debe producir respeto. Los ancianos deben primero respetarse a sí mismos y entre sí, y los jóvenes deben respetar a sus ancianos. Podemos extrañar el entusiasmo y el brillo de la juventud, pero todo varón y mujer joven algún día envejecerá. Si usted quiere ser tratado con respeto cuando sea mayor, trate a los ancianos en su vida como usted quiere que algún día lo traten.
El término prudente también se traduce sobrio en otras partes. Sugiere tener una actitud de control y compostura en el diario vivir. Se trata de una vida que está bajo control, pero no bajo un auto-control sino bajo el control del Espíritu Santo. Un hombre realmente prudente se someterá a sí mismo diariamente al liderazgo del Señor en todas las cosas.
El término sano se aplica a tres características importantes de cualquier corazón a cualquier edad. Ser sano significa “estar estable y completo, ser sólido y confiable”. Los ancianos deben ser sanos en la fe, en amor y en paciencia. Todos estos frutos del Espíritu Santo y estos tres marcan la madurez espiritual que debe acompañar los largos años de Servicio al Señor.
Se ofrece la sugerencia clara que las ancianas deben ser iguales en su desarrollo espiritual así como los ancianos. Debido a que todos son uno en Cristo, lo que se requiere de los hombres también se le requiere a las mujeres (Gá. 3:28).

II. Las mujeres y varones jóvenes
Tito 2:4­8

4. Que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos,
5. a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada.
6. Exhorta asimismo a los jóvenes a que sean prudentes;
7. presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad,
8. palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se avergüence, y no tenga nada malo que decir de vosotros.

Al pastor se le dijo que les enseñara a las ancianas y que pusieran a estas mujeres piadosas a cargo de la enseñanza de las mujeres más jóvenes. Ningún pastor puede sobrellevar sobre su hombro toda la carga del ministerio de enseñanza de una iglesia. Él necesita ayuda y el orden adecuado de las cosas es que los santos mayores les enseñen a los más jóvenes.
Estos hombres debían tratar a los miembros más jóvenes de sus iglesias como si fueran sus hermanos y hermanas de sangre. Esto debía hacerse con toda pureza, tanto de pensamiento como de conducta.
A las mujeres más jóvenes también se les animaba a ser sobrias. Debían tomar con seriedad sus responsabilidades ante el Señor y sus familias. La mayor prioridad en las vidas de estas mujeres jóvenes era el amor. Ellas debían ser enseñadas a amar a sus maridos y a amar a sus hijos. Esto pareciera una enseñanza extraña. ¿No se supone que todas las mujeres aman a sus paridos y a sus hijos? No, no todas. Es muy común leer de una madre que literalmente botó a su pequeño infante. Todos los días mujeres jóvenes sencillamente dejan a sus maridos y a sus hijos. La respuesta está en que las mujeres ancianas les enseñen a las jóvenes a que tienen responsabilidades y que nunca encontrarán la felicidad si abandonan las labores de sus maridos y sus hijos.
Sólo cuando el amor es primero, las otras labores caen en su propio lugar. El amor se hará cargo del más criticón y quejumbroso. Si realmente usted quiere a alguien, servirle no es una carga; es un placer.
Las mujeres jóvenes debían ser prudentes. Esta palabra quiere decir “pensar correctamente”. Cuando pensamos correctamente, nos comportamos correctamente. Las mujeres jóvenes que permiten que sus pensamientos divaguen a lugares pecaminosos pueden encontrarse a sí mismas siguiendo aquel-los malos pensamientos hacia el pecado. La dama discreta no será dominada por una cultura malvada.
Casta significa “pura, pura de mente y corazón”. Una mujer joven debe ser casta antes de casarse, y debe ser igualmente casta mientras esté casada. Jamás es correcto hacer lo malo y nunca es malo hacer lo correcto. Ninguna circunstancia hará que el adulterio sea correcto. Tristemente, nuestro mundo no ve las cosas de esta manera. El dolor de cabeza y la tragedia del divorcio y los hogares rotos es evidencia del fracaso de la sociedad del “yo primero”.
“Cuidadosas de su casa” (versículo 5) no quiere decir que las mujeres jóvenes deban quedarse en la casa. Significa que la salud física y espiritual del hogar es labor de la esposa. Un marido sabio permitirá que su esposa maneje los asuntos del hogar.
La esposa debe ser buena, o amable, y debe ser obediente a su propio marido. Jesús claramente enseñó que la obediencia no es un problema si de primero hay amor. En Juan 14:15 Jesús declaró: “Si me amáis, guardad mis mandamientos”. Aquellos que aman a Jesús no tienen problema en seguirle. Las esposas que aman a sus maridos no tendrán problema con la obediencia.
Los hombres jóvenes igualmente deben seguir el patrón de las buenas obras y un ejemplo para otros. Los jóvenes deben comportarse de tal forma que los que estén opuestos a la verdad se avergüencen de ellos mismos a la luz del ejemplo de estos jóvenes piadosos. En efecto, este es un nivel muy alto.

III. Las viudas
1 Timoteo 5:3­5

3. Honra a las viudas que en verdad lo son.
4. Pero si alguna viuda tiene hijos, o nietos, aprendan éstos primero a ser piadosos para con su propia familia, y a recompensar a sus padres; porque esto es lo bueno y agradable delante de Dios.
5. Más la que en verdad es viuda y ha quedado sola, espera en Dios, y es diligente en súplicas y oraciones noche y día.

Una palabra especial se da sobre el ministerio a las viudas. En 1 Timoteo leemos de dos clases de viudas. Primero están las que son viudas ancianas; aquellas de más de sesenta años de edad, y las viudas jóvenes—las menores de sesenta.
Las viudas ancianas, las que no pueden ver por sí mismas, deben ser cuidadas por los miembros de una iglesia. Estas mujeres realmente deben ser viudas. O sea, tienen que estar en una necesidad genuina, no meramente queriendo una dádiva. Primero deben agotar todos los demás medios de ayuda. Si una viuda tuviera una familia, hijos o sobrinos, esos miembros de la familia deben ser su primera línea de ayuda en momentos de tribulación.
La familia es la institución más antigua y noble de Dios. Quienes se niegan a guardar las obligaciones familiares han negado la fe y son peores que los incrédulos (1 Ti. 5:8). Así que la viuda que realmente tiene una necesidad primero debe buscar a los miembros de su familia para que la ayuden. Si no hay ayuda para ella ahí, es apropiado que aplique en su iglesia y esa iglesia tiene una obligación de velar por ella tanto cuanto puedan.
La primera labor de una iglesia no es el bienestar físico de sus miembros, sino que debemos hacerles bien a todos los hombres y especialmente a los que comparten nuestra fe (Gá. 6:10).

IV. Los siervos
Tito 2:9, 10

9. Exhorta a los siervos a que se sujeten a sus amos, que agraden en todo, que no sean respondones;
10. no defraudando, sino mostrándose fieles en todo, para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador.

Las iglesias primitivas eran mezclas de todas las clases sociales. En la parte inferior de la lista estaban los que eran esclavos. Los siervos debían ser enseñados o exhortados a ser buenos en lo que hacían. Debían buscar agradarles a sus amos conforme a la carne, dándose cuenta que el Maestro tenía un Maestro.
Los esclavos no debían ser hoscos ni rebeldes aunque su esclavitud fuera injusta. No debían robarles a sus amos, sino demostrar buena fe en todo lo que hicieran y tenían que ser un ejemplo de la gracia de Dios obrando en una situación difícil.
Esto no era fácil de hacer para un esclavo, y era pedir mucho de un hombre que era esclavo; pero también había una gran oportunidad para aplicar el evangelio a una vida individual. ¡Qué testimonio y recompensa eterna ha de haber obtenido un esclavo cristiano con su cambio de conducta!

UNA PALABRA FINAL

La aplicación práctica de estas verdades se extiende a través de los siglos hasta las vidas que vivimos hoy. El mundo actual centra su atención en la juventud. Bueno o malo, todo parece ir orientado hacia el vivir, actuar y pensar joven. Nadie quiere ser viejo, aunque la edad mayor es un resultado inevitable de la vida. La única otra opción es morir antes de hacerse viejo.
Esta actitud es triste y dañina porque los ancianos tienen una gran sabiduría almacenada en sus experiencias las cuales podrían ser útiles para los que vienen tras ellos. El joven o la joven sabios verán esa sabiduría y les ministrarán a los ancianos tal como la Biblia enseña.
Los hogares se están desintegrando a todo nuestro alrededor porque los y las jóvenes no escuchan ni prestan atención a la clara verdad de la Biblia. Lo único que detendrá esto es el conocimiento, la enseñanza de lo que es correcto. Preste atención a estas palabras y tómelas a pecho.
Las iglesias deben tomar la batuta en la enseñanza de la ver-dad a cualquier edad y en cualquier situación. Pablo no amonestó a las viudas por pedirle exigencias a la iglesia, ni a los esclavos por sublevarse. Él les pidió a todos los grupos a que se consideraran entre sí con sinceridad y amor. Ya sea que usted sea mayor, joven, viuda (viudo) o esclavo, puede que no le guste el lugar donde usted está en su vida, pero Dios tiene un plan para usted, y usted puede encontrar una felicidad verdadera si somete su voluntad y su camino.

  

 

PARA DISCUSIÓN

1. ¿Por qué cree usted que Pablo tuvo tanto cuidado al describir a las que realmente eran viudas (1 Ti. 5:3­16)?
2. ¿Se reflejan su fe cristiana y su creencia en su manera de vivir? ¿Por qué o por qué no?
3. ¿Cree usted que las instrucciones inspiradas de Pablo con­cernientes al comportamiento piadoso todavía están vigentes? ¿Están siendo observadas en su iglesia? ¿Por qué o por qué no?
4. Comente porqué este mundo sería un mejor lugar si los hom­bres y las mujeres cristianas siguieran estas instrucciones.

Preparado por D. Robinson; COMITÉ BAUTISTA ESCUELA DOMINICAL de A.B.A.

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