Viviendo Por Cristo Según El Libro

Viviendo Por Cristo Según El Libro
Texto: 2 Pedro 1:12-21

Diariamente usaremos tiempo en la inspirada Palabra de Dios para que Él pueda guiarnos, consolarmos, instruirnos, dirigir y bendecir nuestra vida.

Versículo clave: “Porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo”. 2 Pedro 1:21

UN VISTAZO PRELIMINAR

El cristianismo no es fe sin fundamento. Aunque la fe es esencial para estar firmes con Dios y sin ella no podemos agradarle, Dios nos pide basar nuestra fe en hechos.
Jesús es una figura de la historia. Nació en un establo en Belén; creció en Nazaret y fue bautizado por Juan en el Río Jordán. Fue crucificado y sepultado y resucitó del sepulcro exactamente como dijo que lo haría. Esto no es imaginación ni conjetura. No es un tipo de visión dada a un fanático solitario. Estos son hechos verificables de la historia, y forman la base de la creencia del cristianismo.
Estos hechos son establecidos por hombres que fueron testigos presenciales. Los hombres que usó Dios para escribir el Nuevo Testamento realmente vieron lo que documentaron. No fue solo un hombre. El Nuevo Testamento fue escrito por
muchos hombres que lo único que tenían en común eran sus experiencias con Jesús. Cada uno de los autores conocía poco de las cosas que escribía.
Pedro comprendió que muchas pruebas estaban por venir. Él sabía que pronto vendrían herejías terribles, por lo que comenzó a poner un fundamento firme para la fe. Las ideas de los hombres vienen y van con el viento. Las modas barren la religión como lo hacen otras conductas humanas; no obstante, el creyente verdadero tiene un ancla en las tormentas de la doctrina. Nosotros tenemos la Palabra de Dios, la Biblia. Si estamos arraigados en esta verdad, podemos resistir y contrarrestar los ataques del diablo.

UNA MIRADA MÁS CERCANA

I. Recuerde la Palabra de Dios
2 Pedro 1:12-15

12. Por esto, yo no dejaré de recordaros siempre estas cosas, aunque vosotros las sepáis, y estéis confirmados en la verdad presente.
13. Pues tengo por justo, en tanto que estoy en este cuerpo, el despertaros con amonestación;
14. Sabiendo que en breve debo abandonar el cuerpo, como nuestro Señor Jesucristo me ha declarado.
15.También yo procuraré con diligencia que después de mi partida vosotros podáis en todo momento tener memoria de estas cosas.

Pedro sabía que su tiempo en la tierra era limitado. Él usó la misma ilustración que Pablo dio de la vida como si uno viviera en una tienda o tabernáculo (2 Co. 5:1). Una tienda es una morada temporal. Puede que sea cómoda y puede que sea como un hogar, pero no durará mucho. La gran verdad sobre la vida es que no podemos quedarnos aquí. Hasta que lleguemos al cielo, tenemos que seguir delante de manera continua.
Pedro tenía el beneficio de saber algo sobre la manera en que moriría. Jesús le había dicho, como está documentado en Juan 21:18, que cuando Pedro estuviera mayor alguien lo vestiría y lo llevaría donde no quería. Tal vez este momento había llegado en la vida de Pedro y por eso sabía que la muerte estaba cerca. Saber que estamos cerca de la muerte concentrará nuestros pensamientos y volverá nuestras mentes a los asuntos realmente importantes. Pedro tuvo esta experiencia y deseaba traer estos asuntos importantes a las mentes de aquellos a quienes les escribía. Pedro comprendió que aquellos que leyeran este mensaje ya sabían muchas de las cosas que él les estaba enseñando. Ellos conocían estos hechos pero hacía falta recordárselos y necesitaban mantener frescas estas ideas en sus mentes.
Todos nosotros tendemos a olvidar. Tratamos con asuntos que están a la mano, y fácilmente dejamos que la verdad y las bendiciones pasadas se nos escapen de la mente y sean sustituidas con los problemas del día. Nos perderemos muchas bendiciones si lo hacemos así. Pedro quería que aquellos que leyeran esta carta estuvieran confirmados en la verdad. Estar confirmados significa “estar fijados, ser estabilizados, o estar cimentados”. Esta fue la misma palabra en griego que Jesús usó en Lucas 22:32 cuando le dijo a Pedro que “confirmara” a sus hermanos. Si nosotros queremos ser fuertes en el Señor, tenemos que estar confirmados en la verdad de la Palabra de Dios.
Pedro comprendió que mientras él estuviera vivo, aquellos que lo conocían dependerían de él. Esto es natural, pero Pedro también sabía que su tiempo en la tierra era corto y quería que cada creyente individualmente se fortaleciera en el Señor. Es bueno saber que alguien sabe la Biblia. Es grandioso tener un maestro de la Biblia como amigo suyo y llamarlo cuando tenga una pregunta o una duda; pero es mejor que conozca la verdad por usted mismo.
La pregunta llega a la mente: “¿Qué haría si de alguna manera usted fuera incomunicado de todo recurso espiritual ordinario?” “¿Que si no tuviera amigos cristianos o no tuviera la Biblia para leerla?” Dios nos instruye a atesorar su Palabra en nuestros corazones. Si lo hacemos, en cualquier lugar y en cualquier momento que la necesitemos podremos traer a memoria la verdad segura.

II. Experimente la verdad de Dios
2 Pedro 1:16-18

16. Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad.
17. Pues cuando él recibió de Dios Padre honra y gloria, le fue enviada desde la magnífica gloria una voz que decía: Este es mi Hijo amado, en el cual tengo complacencia.
18.Y nosotros oímos esta voz enviada del cielo, cuando estábamos con él en el monte santo.

Hay una distinción clara entre lo que Pedro predicó y siguió y las enseñanzas de otras religiones de su día. Las fábulas eran mitos o leyendas, que de hecho tienen poca base o no la tienen del todo. Así como los dioses del panteón griego, hay historias inventadas por hombres. Entre los griegos y los romanos abundaban historias ficticias y absurdas y especulaciones que intentaban explicar el mundo y sus orígenes. Estas fábulas pueden ser interesantes como literatura, pero por supuesto que no tienen base. Los cristianos no deben prestarles atención. Jamás debemos considerar la Biblia como un libro de mitos.
En el versículo 16 Pedro habla en primera persona plural haciendo alusión a Jacobo y a Juan, quienes junto con Pedro estuvieron en el monte de la transfiguración. En el mundo hebreo todo debía ser confirmado por boca de dos o tres testigos para que ese relato pasara la prueba legal del día.
Lo que sigue es un resumen de lo que sucedió en esa época. De manera interesante, los hombres que escribieron sobre esto, Mateo, Marcos y Lucas, no fueron testigos presenciales del evento. Sólo Pedro, Jacobo y Juan estuvieron presentes con Jesús en esa ocasión. Este incidente trataba acerca del reino de Dios. Pedro no vio a Jesús como bebé en Belén, o como un joven carpintero en Nazaret, ni siquiera como un poderoso predicador. Él vio a Jesús como un rey vestido de gloria. Él fue testigo presencial del poder que Jesús le mostrará al mundo cuando venga de nuevo. Pedro jamás olvidó ese momento y tampoco debemos olvidarlo nosotros.
En momentos de prueba y dificultad recibimos una gran ayuda al ver hacia adelante a la gloria que nos está esperando cuando muramos.
Pedro también oyó la voz de Dios en el monte y estaba prestando atención. Las palabras que Dios dijo quedaron marcadas en su mente, y aún siendo adulto mayor, las recordó con exactitud. Dios dijo tres cosas acerca de Jesús. Primero, Dios dijo que Jesús es su Hijo. Jesús es el único Hijo primogénito del Dios vivo. A través de los siglos muchos hombres han reclamado ser de linaje divino, pero Jesús es el único hombre que nació de una virgen y el único hombre que tiene el testimonio directo del cielo de que Él es el Hijo de Dios.
Entonces Dios declaró que amaba a Jesús. Dios estaba íntimamente involucrado en el ministerio de Jesús para que las obras que Jesús hacía fueran hechas por Dios mismo. Jesús dijo eso claramente. Jesús es el único camino a Dios, y no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres en que podamos ser salvos.
Dios también declaró que estaba complacido con el ministerio de Jesús. Dios ha decidido que toda la plenitud morará en Jesús y Dios estaba demostrando su completa satisfacción hacia quién es Jesús y hacia lo que Él hizo (Col. 1:9). Tanto en aquel entonces como hoy día, es un mensaje de gran importancia porque nos enseña que Jesús es necesario para cualquier relación que podamos tener con Dios.
La gente a quien Pedro escribió no tenía esta experiencia. No habían sido testigos presenciales de la transfiguración. Dios instruyó a Pedro para que escribiera esto con el fin de que nosotros pudiéramos tener testimonio; un testimonio poderoso proveniente de un hombre que estuvo ahí. Nuestras experiencias pueden estar distorsionadas y nuestros recuerdos pueden desvanecerse, pero la Palabra de Dios es para siempre. Si la atesoramos en nuestros corazones, jamás la perderemos.

III. Estén atentos a los hombres de Dios
2 Pedro 1:19-21

19. Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro,hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;
20. Entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada,
21. Porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.

Al recordar estamos trayendo a la memoria lo que nos ha sucedido. Cuando aceptamos el testimonio de otros que presenciaron un evento, estamos de acuerdo con su relato. Pero hay un testigo aún más seguro que cualquiera de estos.
Tanto los recuerdos como el testimonio por momentos pueden ser inestables. Este servidor ha conocido personas con una memoria que podían “recordar” algunas cosas que jamás sucedieron. Ahora Pedro nos presenta una palabra de profecía más segura. La memoria tiene que ver con el pasado. El testimonio tiene que ver con el presente, pero la profecía tiene
que ver con el futuro. Haremos bien en gastar nuestro tiempo en el presente preparando nuestras almas para el futuro.
La Palabra de Dios es como una luz resplandeciendo en un lugar oscuro. El futuro es oscuro y presagioso para muchas personas. Cuando miran hacia adelante ven momentos oscuros y eventos inseguros; pero cuando nosotros vemos adelante a través de la Palabra de Dios y las profecías seguras que encontramos en ella, es como cuando se enciende una luz en la oscuridad. Lo que vemos es la segunda venida de Jesús. Vemos a Jesús apareciéndole a todos los hombres en todas partes como le apareció a Pedro, Jacobo y Juan en el monte hace muchos años. En ese momento toda la tierra será llenada de su gloria así como los océanos están llenos de agua.
Nosotros tenemos que tener cuidado de no dejar que las fábulas y la imaginación coloreen nuestra interpretación de la Palabra de Dios. Por esto Pedro advirtió que ninguna Escritura es de interpretación privada. Esto significa que ningún individuo tiene una perspectiva especial ni información no disponible para otros. Lo que yo sé usted lo puede saber y lo que usted sabe yo lo puedo aprender. También significa que ningún versículo de la Biblia debe ser sacado de su contexto y tergiversado para que concuerde con ideas preconcebidas. Jamás debemos leer la Biblia buscando una confirmación de nuestro prejuicio. En vez de eso debemos leer nuestras Biblias con corazones que buscan la verdad, sin importar cuál pueda ser. En la interpretación bíblica, entre más amplia sea la base, más estable el pensamiento.
En 2 Timoteo 3:14¬17 aprendemos cómo Dios nos dio su Palabra. La Biblia no fue escrita por hombres que nos dieron sus propias ideas y opiniones. El Espíritu Santo movió estos hombres a escribir. La palabra inspirados sugiere ser llevado como un barco de vela movido por el viento. La Biblia es de parte de Dios, no de los hombres. El Espíritu Santo nos dio la Biblia y el Espíritu Santo está ahí para ayudarnos a interpretarla. El Espíritu y la Palabra son inseparables. El contacto sincero con el Espíritu siempre significará un contacto sincero con la Biblia.

UNA PALABRA FINAL

En un mundo inestable necesitamos un lugar de seguridad y estabilidad. La Biblia provee ese refugio para quienes creen en ella. Si leemos la Biblia, encontraremos que se trata de Jesús. Jesús les advirtió a los saduceos que escudriñaran las Escrituras y que encontrarían que la Biblia estaba testificando de Él. La Biblia aún trata acerca de Jesús. Al leerla, nos alentará a creer en Jesús o fortalecerá la fe que ya tenemos en Él.
Muchas de las actividades que emprendemos tienen un beneficio limitado si es que tienen algún beneficio del todo; pero el estudio de la Palabra de Dios es rentable en todas las cosas. La verdad es eterna (Mt. 24:35). El mundo físico es cambiante bajo nuestros pies, y un día lo dejaremos atrás y nos moveremos a la eternidad. Literalmente no hay nada físico en la tierra que podamos llevarnos al otro lado de la muerte.
El conocimiento es eterno. En el cielo conoceremos como somos conocidos (1 Co. 13:12). Sabemos que seremos como Jesús (1 Jn. 3:2). La verdad que aprendamos ahora estará con nosotros para siempre. ¿Podemos tener un motivo más grande que el aprender y atesorar las Escrituras?
Los hombres mueren; aún hombres como Pedro. Sus experiencias, aún las hermosas experiencias como la transfiguración, se desvanecen en la memoria; pero la Palabra de Dios es eterna. Conforme el mundo aumenta en tinieblas, las profecías de Dios resplandecen aún más. Construya su vida sobre la Palabra de Dios, espere la pronta venida de Jesús, y evitará ser una víctima de fábulas astutamente planeadas.

PARA DISCUSIÓN

1. ¿Por qué es importante que las iglesias sean establecidas en la verdad de Dios?
2. ¿Cuál es la mejor manera de arraigarse en la verdad?
3. ¿Es importante la completa inspiración verbal de las Escrituras? ¿Por qué sí o por qué no?
4. ¿Cuál es la “interpretación privada”? ¿Cuál es el peligro de que las personas practiquen la “interpretación privada”?

Preparado por D. Robinson; COMITÉ BAUTISTA ESCUELA DOMINICAL de A.B.A.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

https://www.ibws4u.com/wp-content/plugins/wp-monalisa/icons/wpml_bye.gif 
https://www.ibws4u.com/wp-content/plugins/wp-monalisa/icons/wpml_good.gif 
https://www.ibws4u.com/wp-content/plugins/wp-monalisa/icons/wpml_negative.gif 
https://www.ibws4u.com/wp-content/plugins/wp-monalisa/icons/wpml_scratch.gif 
https://www.ibws4u.com/wp-content/plugins/wp-monalisa/icons/wpml_wacko.gif 
https://www.ibws4u.com/wp-content/plugins/wp-monalisa/icons/wpml_yahoo.gif 
https://www.ibws4u.com/wp-content/plugins/wp-monalisa/icons/wpml_cool.gif 
https://www.ibws4u.com/wp-content/plugins/wp-monalisa/icons/wpml_heart.gif 
https://www.ibws4u.com/wp-content/plugins/wp-monalisa/icons/wpml_rose.gif 
https://www.ibws4u.com/wp-content/plugins/wp-monalisa/icons/wpml_smile.gif 
https://www.ibws4u.com/wp-content/plugins/wp-monalisa/icons/wpml_whistle3.gif 
https://www.ibws4u.com/wp-content/plugins/wp-monalisa/icons/wpml_yes.gif 
https://www.ibws4u.com/wp-content/plugins/wp-monalisa/icons/wpml_cry.gif 
https://www.ibws4u.com/wp-content/plugins/wp-monalisa/icons/wpml_mail.gif 
https://www.ibws4u.com/wp-content/plugins/wp-monalisa/icons/wpml_sad.gif 
https://www.ibws4u.com/wp-content/plugins/wp-monalisa/icons/wpml_unsure.gif 
https://www.ibws4u.com/wp-content/plugins/wp-monalisa/icons/wpml_wink.gif