Enero 01——————————————————————————–
El Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo. Romanos 15:13——————————————————————————–
Un nuevo comienzo
Este primer día del año será como todos los demás. Tendrá veinticuatro horas, traerá su séquito de preocupaciones y alegrías, producirá una cantidad de sucesos y terminará implacablemente, sin que sea posible detenerlo y volver atrás.
Sin embargo, ¡cuántos pensamientos se revuelven en nuestras cabezas! No se puede empezar un año sin preguntarse qué nos reservará. El porvenir es lo desconocido; y lo desconocido da miedo. No hay nada más insoportable que la sensación de inseguridad, cuando uno se siente a la merced de un acontecimiento desgraciado, de un revés, una enfermedad, un fracaso o un accidente.
El calendario que usted está leyendo no tiene nada que ver con un horóscopo. No le dirá lo que le acontecerá este año. En cambio, su meta es hacerle descubrir cada día el mensaje de esperanza contenido en la Biblia.
Como muchas otras personas, quizás hoy usted tomó buenas intenciones. Tanto mejor. Justamente la Biblia propone tomar un nuevo punto de partida a los que la quieren escuchar. No son más que buenas intenciones. Es la opción de alguien que reconoce su propia incapacidad para escoger el bien, renunciar al mal y salir de su situación por sí mismo entregándose a Dios sin condiciones. Es confiar en el amor y la omnipotencia de nuestro Creador, quien puede y quiere hacernos felices desde ahora y para siempre, cualesquiera sean las circunstancias.
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En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo… Nosotros le amamos a él (Jesús), porque él nos amó primero. 1 Juan 4:18-19
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¿Por qué temer?
Muchas angustias legítimas pueden asaltarnos al principio de año. Sin duda cada uno tiene múltiples razones para temer al preguntarse: –¿Qué me reservará el porvenir? Si este año me tocara el turno de perder el trabajo, de sufrir la enfermedad o el duelo… ¿Veré otro año nuevo?
Además, si este calendario nos habla de pecado, juicio e infierno, eso es tanto como decir que no nos ayudará a empezar este año con optimismo y serenidad. Uno puede preguntarse qué valor tendría una ideología o religión fundada en el miedo.
Tranquilícese: la Biblia, libro en el que se basan los textos de este calendario, nos ofrece un mensaje de paz. Sí, habla del pecado y exhorta a cada uno a arrepentirse, pero también habla de perdón y de salvación. Habla de juicio, pero también de absolución. Menciona un lugar de tormentos, mas igualmente habla del paraíso. La Escritura no nos presenta una ideología o una religión, sino a un Dios que nos ama y demostró su amor al darnos a Jesucristo; un Dios cuyo amor es tan grande que no quiere la muerte del pecador sino su salvación.
No, no es el miedo el que nos impulsa hacia Dios, sino su maravilloso amor por nosotros. Descúbralo leyendo las hojas de este calendario y confiando en el Dios que ellas le presentan, el Dios de amor y paz revelado en Jesucristo.
Enero 03——————————————————————————–
El Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que se había perdido. Mateo 18:11——————————————————————————–
La nueva vida: La salvación (1)
El pastor que tanto buscó a su oveja, ¡con qué gozo puede decir, al volver a su casa: “Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido”! (Lucas 15:6).
Estar perdido es haber huido de la voz del Pastor, del llamado del Evangelio, y haber menospreciado la gracia de Dios. Es exponerse a comparecer ante el “gran trono blanco” y ser “lanzado al lago de fuego” (Apocalipsis 20:11, 15).“¿Qué debo hacer para ser salvo?” preguntaba el carcelero de Filipos a Pablo y a Silas. La respuesta fue inmediata: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo” (Hechos 16:30-31).
Pero esta respuesta no es una fórmula que se recita. Ella implica, como el mismo Pablo lo testificaba en Éfeso con perseverancia, el “arrepentimiento para con Dios, y… la fe en nuestro Señor Jesucristo” (Hechos 20:21).
Notemos que el arrepentimiento para con Dios se menciona en primer lugar (compárese con Lucas 24:47, literalmente: el arrepentimiento que conduce al perdón de pecados). Arrepentirse es cambiar de pensamientos en cuanto a Dios, en cuanto a uno mismo y en cuanto al pecado. Tal vez se ignoraba a Dios, o bien se lo condenaba («Si Dios existiera…»), o se pensaba que «el buen Dios sin duda terminaría por tener en cuenta mi vida ordenada para acogerme en su cielo». Pero Dios se revela como el Dios santo, el Dios justo; Dios, quien es amor, también es luz.“Entre tanto que tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz” (Juan 12:36).
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Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Romanos 10:9——————————————————————————–
La nueva vida: La salvación (2)
Si la luz divina ilumina mi conciencia, no pensaré más que «mi vida es ordenada» y que puede complacer a Dios lo bastante como para que yo vaya al cielo. Cambiaré de pensamientos a la luz de su Palabra: “No hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:22-23). “Estabais muertos en vuestros delitos y pecados” (Efesios 2:1). “La paga del pecado es muerte” (Romanos 6:23), y no solamente la muerte física, sino también la eterna separación respecto de Dios.
El arrepentimiento conduce a “la fe en nuestro Señor Jesucristo”: “Por gracia sois salvos por medio de la fe” (Efesios 2:8). La fe en la Palabra de Dios acepta que “siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8), es decir, que él murió en nuestro lugar: “Jesús… el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación” (Romanos 4:25).
Uno no es salvo por las buenas obras que cumpla: “Dios… nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia” (Tito 3:5). Es un grave error pensar que es necesario, de alguna manera, completar la obra de Cristo respecto de nuestros pecados, cumpliendo buenas obras que nos acreditaran méritos (Efesios 2:9).
Pero, después de la salvación deben manifestarse las buenas obras. Fuimos “creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Efesios 2:10).
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Y hablaba el Señor a Moisés cara a cara, como habla cualquiera a su compañero. Éxodo 33:11He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. Apocalipsis 3:20——————————————————————————–
Solamente su compañía
Cada vez que mi pequeño Lucas tenía el menor problema, él estimaba que sólo yo, su papá, podía resolverlo. Mientras estaba ocupado en corregir los trabajos de mis alumnos, él me interrumpía para que le sacara punta a un lápiz, le diera una hoja de papel, un pedazo de hilo o unas tijeras; entonces yo le decía: –¿Me prometes traérmelas de vuelta? Si no se le olvidaba, esto me valía otra visita.
Esta mañana, tres ligeros golpes en la puerta anunciaron a mi pequeño visitante. –Entra, Lucas, ¿qué necesitas? –Nada, papá, sólo quiero estar cerca de ti. Y permaneció tranquilo, sentado en un rincón mientras yo continuaba con mi trabajo. En este caso yo fui el alumno y mi hijo de seis años me dio la lección: ¿Sé acercarme a mi Padre celestial con la confianza y la simplicidad de este niño? ¡Y no sólo cuando tengo dificultades! Por supuesto, sé que no me cerrará la puerta y responderá a mis oraciones en la medida en que lo que le pido sea bueno para mí. Pero, ¿sé buscar sencillamente su compañía y sentirme satisfecho al intercambiar algunas palabras con él?
Es lo que en la Biblia se llama «comunión». Cristianos, ¿leemos el Santo Libro no sólo para buscar enseñanzas, sino a veces sencillamente para oír la voz del Señor y decirle que lo amamos?
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Espera tú un poco para que te declare la palabra de Dios. 1 Samuel 9:27
Prepárate para venir al encuentro de tu Dios. Amós 4:12——————————————————————————–
Las fechas importantes de la vida
Dos importantes fechas encuadran la historia de cada ser humano en la tierra: la de su nacimiento y la de su muerte. Se considera que la primera es feliz, es el aniversario que se festejará cada año. Ciertas culturas incluso asocian el nombre de los niños con el día de su nacimiento. Por ejemplo, en el Togo, África, si un niño nace un lunes, un miércoles o un viernes, probablemente se llamará Kodzo, Koku o Kofi.
Por el contrario, el día de la muerte es una fecha desconocida, en la que se prefiere no pensar. Pone fin a nuestra existencia en la tierra; aunque para la mayoría de nosotros ésta quizá se halle muy lejos, no por eso dejará de llegar.¿Son reflexiones triviales? ¿A dónde queremos llegar? A tomar cada vez más conciencia de la importancia de nuestra corta vida terrenal en la historia eterna de nuestra alma. Es la oportunidad que Dios nos da de estar identificados con una tercera fecha que cambiará definitivamente el curso de nuestra historia: la de un encuentro con Jesucristo. Él mismo habla de este suceso como de un nuevo nacimiento en virtud del cual la vida divina, una vida eterna, viene a renovar nuestro ser interior. La confesión de nuestros pecados y la fe en Jesús, quien murió por nosotros, es la condición para que recibamos esta vida.
Para usted, ¿existe semejante fecha que divide su vida en dos? Si no es así, ¿por qué no dispone su corazón para recibir a Cristo hoy?
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Yo hice la tierra, y creé sobre ella al hombre. Yo, mis manos, extendieron los cielos, y a todo su ejército mandé. Isaías 45:12——————————————————————————–
¿De dónde viene el hombre?
¿De dónde surgió este Homo sapiens sapiens, nombre dado a la especie humana por los antropólogos? ¡Un hombre que se vanagloria de ser doblemente sabio! Según los evolucionistas, probablemente sería descendiente de un pez o molusco, y antes del molusco, de una célula. Si consideramos que semejante hipótesis sea correcta, aún sería necesario remontarnos a la causa suprema que existió antes de la evolución: ¿Quién formó la primera célula? Según el biólogo Denton, es imposible que ésta haya surgido por casualidad.
Pero, ¿qué mente recta y sensata aceptará que un cúmulo de moléculas, dispuestas de cierta manera, produzca el pensamiento? ¿O que esta aglomeración de elementos venidos de no se sabe dónde, bajo el efecto de fuerzas desconocidas, se haya transformado poco a poco en órganos y finalmente haya constituido el hombre? Ninguna, por supuesto; toda mente sensata aceptará que un Dios todopoderoso y sumamente inteligente hizo al hombre a su imagen; de ahí viene la idea de Dios, impresa en él, que prueba la existencia de ese Ser supremo. Dios creó al ser humano recto; pero éste se degradó y llegó a ser inmoral y malo.¿Sapiens? La Escritura nos recuerda que el temor de Dios es el principio de la sabiduría y en el conocimiento del Dios Santo reside la inteligencia (Proverbios 9:10).“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios… Todas las cosas por él fueron hechas” (Juan 1:1, 3).
© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)