Lectura: Juan 18:28-38
. . . . Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz.
–Juan 18:37.
Varios estudiantes de leyes de la Universidad Duke estaban sentados alrededor de una mesa hablando de ética con el juez federal William Hoeveler. Según un artículo de la revista US News & World Report, el juez les advirtió: «Les garantizo que en algún momento les pedirán que hagan algo deshonesto. Su futuro descansa en ese momento. Aunque ustedes tengan hijos y una gran hipoteca que pagar, solamente hay una respuesta: «¡NO!»
Todos enfrentaremos momentos determinativos similares en el curso de nuestra vida. No hay una decisión que sea más importante que cómo respondemos a las afirmaciones de Aquel que le dijo a un juez: «Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz» (Jn. 18:37). Esa persona era Jesucristo.
Jesús era veraz en palabra y en obras, pero más que eso, era la única expresión de Dios de la verdad (Jn. 14:6). Sólo Él puede desenmascarar las mentiras de nuestros corazones y crear dentro de nosotros un anhelo de ser veraces con nosotros mismos, con los demás y con Dios. Tarde o temprano, todos nosotros debemos decidir si nos vamos a comprometer con Aquel que es la verdad: Jesucristo.
¿Reconoceremos la verdad de que hemos violado la ley de Dios y aceptaremos por fe la oferta de salvación de Cristo? Ese es un momento determinativo en la vida.
Tu destino eterno descansa
en tu respuesta a la verdad.
NPD/--DJD