Lectura: Lucas 12:1-5
Porque nada hay encubierto, que no haya de descubrirse; ni oculto, que no haya de saberse.
–Lucas 12:2.
Un astrónomo que miraba por su telescopio un día estaba observando la puesta de sol. Mientras ajustaba su lente notó la cima de una colina a varios kilómetros de distancia.
En la colina había dos chicos robando manzanas de un huerto. Uno estaba sacudiendo el árbol mientras el otro permanecía de pie mirando. Ellos pensaban que nadie los estaba mirando, pero el astrónomo vio cada uno de sus movimientos.
¡Cuánto más el ojo de Dios que todo lo ve observa cada cosa que hacemos, ya sea en público o en privado! Ese es un pensamiento perturbador que nos podría llevar a la desesperación. Pero Dios no solamente ve y recuerda, sino que también perdona y olvida si vamos a Él en arrepentimiento y confesamos. He aquí todo lo que el Señor promete hacer con nuestros pecados:
Perdonarlos todos (1 Jn. 1:9).
Echarlos en el fondo del mar (Mi. 7:19).
Quitarlos (Is. 6:7).
Cubrirlos (Sal. 32:1).
Borrarlos (Hch. 3:19).
Quitarlos de en medio (He. 9:26).
No acordarse nunca más (He. 8:12).
No podemos esconder nuestros pecados de Dios.
Por tanto, confesémoslos y aceptemos su generoso perdón
NO IMPORTA DONDE ESTEMOS O DONDE NOS ESCONDAMAS PARA HACER EL PECADO, ANTE DIOS NO PODEMOS ESCONDERNOS, TODO LO QUE HAGAMOS EN LA OBSCURIDAD SIEMPRE SALDRA A LA LUZ. (DAVID Y BETSABE, ES SOLO UN EJEMPLO.). AHORA SI SIENDO CREYENTES Y HACEMOS LOS MALO , DICE SANTIAGO QUE ES UN PECADO DOBLE. BENDICIONES.