Pedro estaba en la sala de espera de un aeropuerto, vio ahí una báscula computarizada que daba el peso y revelaba la fortuna.
Decidió hacer la prueba, metió una moneda en la ranura y leyó en la pantalla:
«Usted pesa 88 Kilos, es casado y está a punto de viajar a San Diego»
Pedro se quedó anonadado. En seguida, otro hombre usó el aparato. Esta vez la pantalla puso el siguiente mensaje:
«Usted está divorciado, pesa 94 Kilos y se dispone a viajar a Chicago».
Pedro le preguntó: ¿Es cierto que usted es divorciado y se dispone a viajar a Chicago?
Así es, contesta el otro hombre.
El asombradísimo Pedro corrió al baño, se cambió de ropa y se puso unos lentes oscuros.
Volvió a pesarse en aquella báscula, está vez el mensaje fue: «Usted sigue pesando 88 Kilos, todavía está casado, y acaba de perder su vuelo hacia San Diego».
La NASA esta buscando astronautas para la misión a Marte, y se presentan un americano, un inglés y un latinoamericano. Debido al alto riesgo de la misión, se espera que los astronautas cobren una cantidad bastante alta, pero los de la NASA tienen miedo de ofrecerles demasiado dinero, así que para no pasarse les preguntan directamente a ellos cuanto quisieran cobrar. Primero le preguntan al americano :
– ¿Usted cuanto nos pediría para ir a Marte?
– Pues… 50.000 dólares.
– ¿Por qué?
– Bueno, antes de ir a Marte me gustaría correrme unas cuantas juergas inolvidables… ya sabe, por si acaso no volviese.
Entonces le preguntan al inglés:
– ¿Y usted cuanto pediría?
– 100.000 dólares.
– ¿Por qué?
– Pues mire, la mitad para mi familia, de forma que si me pasase algo no tuviesen problemas, y el resto me lo gastaría yo aprovechando mis últimos meses en la Tierra.
Y por ultimo le preguntan al latinoamericano:
– ¿Y usted cuanto pediría?
– 150.000 dólares.
– ¿Por qué?
Entonces el latinoamericano se acerca al de la NASA y le dice al oído, en voz baja :
– 50.000 para mi, 50.000 para usted, y 50.000 para que vaya el americano.
Un pobre tipo pidiendo limosna en una casa…
– ¡Una limosnita, señora, por favor!
– ¡Uy, pobrecito… espéreme un momento!… – le dice la dueña de casa.
Instantes después…
– Mire, todo lo que le puedo dar es este pantalón de mi difunto marido…
– ¡Muchas gracias señora!
El pordiosero observa bien el pantalón, y observa una pequeña falla…
– ¡Tiene una rotura!
– ¡Sí es verdad, necesita un arreglo!
– ¡Con un pequeño parche con tela de la misma clase queda bueno, ¿verdad? – pregunta el personaje.
– ¡Claro, queda impecable! – le responden.
– ¡Bueno, entonces vuelvo a buscarlo en una hora más, cuide que no se note mucho!
El caradura Pepe en una fiesta, con su novia y su futura suegra…
– Observa microbio… – dice la suegra a su yerno – ese tipo de negro me mira y me sonríe.
– ¡Eso no tiene nada de extraño, señora! – responde Pepe.
– ¿Por qué lo dices? – pregunta la mujer.
– … ¡yo también la primera vez que la vi, casi me muero de risa!
La maestra le dice a Pepito que le dijera una oración que tuviera objeto:
Pepito contesta: «Usted es muy guapa»
La maestra: Hmm, pero cuál es el objeto?»
Pepito: «Sacar un 100 en gramática»
La maestra llama a Pepito a su casa porque faltó a la escuela y contesta Pepito, pero susurrando, en voz baja:
Pepito: «Hola»
Maestra: «Si por favor, se encuentra tu papá?»
-«Si»
-«¿Puede venir al teléfono?»
-«No»
-«Está ocupado?»
-«Si»
-«Y no puedes decirle que venga un minuto al teléfono»
-«No»
-«Y tu mamá se encuentra?»
-«Si»
-«Puede venir al teléfono?»
– «No»
-«Está ocupada?»
-«Si»
-«Y no puedes decirle que venga un minuto al teléfono?»
-«No»
-«Y ME PUEDES DECIR QUE ESTAN HACIENDO?»
-«Buscándome»
Suena el teléfono en la Asociación de Músicos.
– Buenos días, Asociación de Músicos
– Buenos días, yo estoy llamando para contratar algunos músicos para una fiesta. ¿Qué Ud. me recomienda?
– Yo le recomiendo un piano, un bajo, un saxofón, una trompeta, unos timbales y un guiro.
– ¿ Y que costaría eso?
– $ 6,000
– Eso está muy caro, rebaje los músicos
– Bueno sería entonces un piano, un bajo, un saxofón, una trompeta y un guiro
– ¿ Y que costaría eso?
– $ 5,000
– Eso está muy caro, siga rebajando los músicos
– Bueno sería entonces un piano, un bajo, un saxofón y un guiro
– ¿ Y que costaría eso?
– $ 4,000
– Eso sigue muy caro, rebaje más músicos
– Bueno sería entonces un piano, un bajo y un guiro
– ¿ Y eso cuanto cuesta?
– $ 3,000
– Todavía está caro, rebaje otro
– Entonces sería un piano y un guiro
– Pero ¿ y porqué siempre incluye el guiro?, ¿quién es que el habla?
– EL GUIRERO
Un agente de tránsito manda a detener un vehículo semidestartalado que viene por la vía.
Este logra parar como a 200 metros del agente quien presuroso va a su alcance.
– ¿Porqué se detuvo tan lejos?- preguntó el fatigado agente.
– Es que no ando bien de frenos – dijo el conductor
– ¿Conque con frenos defectuosos, eh?, ¡Que bien!, ¡Déme su permiso de conducir!-
exclamó el agente sacando su libreta de multas.
– Yo no tengo eso
– ¿Que no tiene permiso de conducir?, Ay, ay, ay, ¡déme entonces la matrícula del vehículo!- protestó el agente
– Tampoco tengo eso
– ¿¿QUEEEÉ??, pues está en serios problemas, ¡Encienda las luces direccionales!
– No tiene
– ¡Encienda las luces principales!
– Están averiadas – dijo el descuidado conductor.
El agente medio desorientado por tanto descuido le dice al personaje:
– Mire, mejor váyase, que si le pongo una multa ni vendiendo el auto podrá pagarla.
– Gracias agente – dijo agradecido el tipo.
El guardián de la ley procede a retirarse y el conductor le grita:
– Por favor agente deme un empujoncito que las baterías no andan bien.
El sacerdote se encuentra con un chico que desesperadamente recoge las sandías después de habérseles caído de la carreta. «Te ves muy agotado» -dice el sacerdote- ¿Por qué no tomas un descanso?»
El chico contesta: «No puedo, a mi abuelo no le agradaría esa idea»
-«No seas tonto. Todos tenemos derecho a descansar»
-«Le digo que mi abuelo no estaría de acuerdo»
-«Pues dime donde está tu abuelo para darle un buen discurso por ser tan abusador»
-¡¡Está debajo de las sandías!!.
Unos amigos van al restaurante y llaman al mesero:
-«Por favor, tráigame a mí arrocito fritito con tostoncito junto con un refresquito en un vasito con hielito y un sorbetito»
-«Por favor, a mí me trae un arrocito con pollito, tomatito y un juguito bien friíto»
El mesonero molesto les dice:
«El próximo que diga una palabra con ito lo saco a patadas del restaurante. A ver, y usted, ¿qué desea?»
-«No, no se preocupe por mí, ya se me quitó el apeto»