«AMIGO»
Déjame contarte cómo le conocí.
Había oído hablar mucho acerca de El,
pero no le había hecho caso.
Me enviaba diariamente dones y presentes,
pero jamás le dí las gracias.
Siempre daba muestras de querer mi amistad,
pero yo demostraba frialdad.
Sin hogar, atribulado y hambriento,
expuesto continuamente al peligro,
me ofreció refugio, consuelo, alimento y seguridad;
pero permanecí ingratamente silencioso.
Finalmente se interpuso en mi camino
y con lágrimas en los ojos me buscó y me dijo:
“Ven y tendrás morada conmigo”.
Quiero contarte cómo me trata ahora.
Suple mis necesidades,
me dá de lo que le pido,
se anticipa a suplir lo que necesito,
me ruega que le pida aún más,
jamás me reprocha mi ingratitud pasada
ni me recuerda las locuras de otros tiempos.
Déjame contarte lo que ahora pienso de El.
Su bondad es tanta como su grandeza,
su amor es ardiente, fiel y sincero.
Es pródigo en sus promesas
y fielmente las cumple. Es celoso de mi amor
por cuanto lo merece.
Soy deudor suyo en todo
pero El me llama “Amigo”.