El Regalo de La Libertad (Charles Stanley)

El Regalo de La Libertad
por Charles Stanley
La Declaración De Independencia Del Cristiano

¿Es usted una persona libre? Lo más probable es que diga que sí, puede ir a casi cualquier parte que decida y hacer lo que quiere sin que nadie se lo prohíba.

Miles de hombres y mujeres han muerto en este país y en el extranjero para proteger nuestra nación. La libertad es siempre una opción costosa, y esto es especialmente cierto en un sentido espiritual.

Muchas personas piensan que tienen libertad porque nadie cuestiona sus actividades ni sus movimientos, pero están esclavizadas por muchos tipos de ataduras. La ira, el estrés, la obsesión por el trabajo, el resentimiento, la falta de disposición para perdonar, la depresión, la ansiedad y el temor pueden tener cautivo a cualquiera.
Si bien un país puede experimentar la libertad ganada en el campo de batalla, ninguna nación será libre hasta que su gente sea libre. Y ninguna persona es libre a menos que tenga libertad interior. La verdad es que sólo hay una manera para que haya verdadera libertad, como dice Juan 8:36: “Si el Hijo (Jesucristo) os libertare, seréis verdaderamente libres”.

Piense en las palabras de Pablo en Gálatas 5:1 (NVI): “Cristo nos libertó para que vivamos en libertad. Por lo tanto, manténganse firmes y no se sometan nuevamente al yugo de esclavitud”. Sin embargo, para entender la misión de Jesús de libertar a todo aquel que le sigue, debemos saber qué significa libertad.

Comúnmente se la define como “libertad de cualquier tipo de esclavitud” o “la oportunidad o privilegio de procurar alcanzar los deseos o metas que uno tiene en la vida, sin ninguna restricción”. Pero, sobre todo, es la libertad de vivir una vida de santidad por medio del poder del Espíritu Santo, ya que no somos verdaderamente libres sino hasta que la gracia, la bondad y la misericordia de Dios se conviertan en una realidad en nuestra vida.

Ideas equivocadas en cuanto a la salvación

¿Por qué escribió el apóstol Pablo su carta a los Gálatas? Porque, aunque en esa iglesia había muchos creyentes verdaderos, la comunidad se había mezclado con personas que tenían un pasado pagano, de religiones que tenían toda clase de requisitos para ser aceptados por sus llamados “dioses”. El cristianismo, en cambio, predicaba la salvación sólo por gracia, no por las obras que un hombre pudiera hacer (Efesios 2:8, 9).

Mientras esas personas interesadas en las cosas espirituales estaban aprendiendo la verdad, los “judaizantes” las estaban confundiendo con el contradictorio mensaje de que la fe en Jesús no era suficiente. Enseñaban que para ser salva, la persona tenía que cumplir con la Ley de Moisés, además de creer en Cristo como el Mesías. Y, además de la Ley, tenían muchas otras normas que los rabinos habían añadido a los mandamientos originales. Al insistir en la circuncisión y otras reglas, los judaizantes estaban imponiendo un pesado yugo de esclavitud.

La tarea del apóstol era refutar esas afirmaciones falsas y gravosas con la verdad de que la salvación es por la gracia de Dios, por fe en el sacrificio expiatorio y sufisciente de Jesucristo con Su muerte. Por tanto, la carta a los Gálatas es básicamente la Declaración de Independencia del cristiano.

Él declara que hemos sido libertados de tener que ganarnos nuestra salvación o de cumplir leyes, normas y ordenanzas. Es propio de la naturaleza humana sentirnos mejor pensando que hay algo que podemos hacer para asegurar nuestro lugar en la eternidad.

Sin embargo, nada que podamos hacer tiene valor para la salvación, porque Cristo nos hizo libres de este yugo de esclavitud (Gálatas 5:1). Pablo alega que si las ceremonias religiosas pudieran salvar, ¿entonces de qué beneficio es Cristo? (v. 2). Además, no podemos ganar la aceptación de Dios guardando parcialmente la Ley. Como dice Santiago 2:10 (NVI): “Porque el que cumple con toda la ley pero falla en un solo punto ya es culpable de haberla quebrantado toda”. El problema es que nadie puede guardar todos los mandamientos. Sólo Cristo. Romanos 3:20 y Gálatas 3:24 nos dicen que la Ley no fue dada para salvarnos, sino para mostrarnos lo verdaderamente pecaminosos que somos, y para hacernos ver nuestra necesidad de un Salvador. Gálatas 2:16 declara: “Por las obras de la ley nadie será justificado”, pero muchas personas tratan de hacer precisamente eso.

Si usted les pregunta: “¿Es usted salvo?” podrían responderle: “Eso espero” o “Estoy en eso”. Tales respuestas muestran que no son libres. La fe genuina en Dios produce buenas obras que son motivadas por el amor, no por un sentimiento de culpa o de un intento por ganar el favor divino. Si usted no está seguro del perdón de Dios y de su seguridad eterna, está todavía en esclavitud.

Actitudes comunes acerca de la libertad

Es una ironía que los no salvos se consideren a sí mismos libres; ellos piensan: No tengo que ir a la iglesia todas las semanas; no tengo que ofrendar de mi dinero ni tener una Biblia. Desde la perspectiva divina, estas personas están, en realidad, totalmente cautivas al pecado; no son capaces de reconocer que sólo la seguridad de la salvación es lo que puede hacernos libres.

¿Y qué podemos decir de los creyentes? Muchos cristianos piensan que deben “desempeñarse bien” para poder conservar su buena posición delante de Dios.

Suponen que para mantenerse salvos, deben leer la Biblia, orar, dar y ayudar a los demás. Pero la Biblia nos dice que la fe en Jesús como Salvador nos garantiza la seguridad eterna (Juan 10:28-30; 1 Juan 5:13). No podemos hacer nada que nos haga perder nuestra salvación, ni podemos hacer nada para ganarla. Si eso fuera posible, entonces podríamos hacer algo para ganarla de nuevo; en ese caso, la salvación sería por obras, lo cual está en clara contradicción con Efesios 2:8, 9.

Lamentablemente, muchas iglesias agravan el problema imponiendo normas a los creyentes, que deben obedecer, en cuanto a lo que pueden o no hacer. No es de extrañar que Gálatas 3.10 nos diga:
“Todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición”. Los cristianos necesitan entender que si fuera posible llegar al cielo por otra vía que no sea la sangre de Jesucristo, entonces Dios cometió un terrible error al crucificar innecesariamente a Su propio Hijo.

Por qué Dios nos hizo libres

Está muy claro en la Biblia que no podemos añadirle nada a la gracia. Nuestra salvación es exclusivamente por la muerte vicaria de Jesucristo a nuestro favor. La pregunta es: ¿Cuál es el propósito de Dios al hacernos libres? Algunos podrían responder que Él nos hizo libres para que podamos ir al cielo en vez del infierno, pero eso es, en realidad, un subproducto de Su propósito fundamental: conformarnos a la imagen de Su Hijo. Su amoroso propósito para con nosotros tiene varios aspectos:

• Dios quiere que lleguemos a ser las personas que Él quiso que seamos cuando nos creó. Si tenemos inseguridades, adicciones, resentimientos o un espíritu de crítica, somos cautivos de esos hábitos y de esas actitudes. Sencillamente, no podemos llegar a ser lo que el Señor se ha propuesto para nosotros, si nuestros pensamientos están fragmentados y estorbando nuestra relaciones con los demás.

• Dios quiere que llevemos a cabo las cosas que Él ha dispuesto que hagamos (Efesios 2:10). Si vamos a servir como el Señor quiere, debemos ser libres. No podemos estar viviendo con resentimiento, hostilidad, deseos pecaminosos o una autoimagen deficiente, si queremos aplicar los dones y las habilidades que Dios nos ha dado para el cumplimiento de Sus propósitos.

• Dios quiere que vivamos por el poder del Espíritu Santo, cuyo fruto es la libertad verdadera (Gálatas 5:22, 23). Hágase esta pregunta: ¿Qué puede estar estorbando el libre flujo de Dios en mi vida? ¿Está algún hábito o actitud siendo un obstáculo para que dentro de mí haya gozo y paz? Si usted está entregado a cualquier cosa que no sea el Señor Jesús, está bajo esclavitud.

La paradoja de la vida cristiana

En el mundo de hoy, las personas se ufanan de ser autosuficientes e independientes. Para ellas, ser “libre” significa tener el control de sus vidas, y que nadie pueda decirles qué hacer o cómo hacerlo. Pero la libertad verdadera tiene que ver más con el estado de nuestra alma que con la posición que ocupamos en la sociedad.

La triste verdad es que, los que no conocen a Cristo son libres sólo para confiar en que sus propios esfuerzos los harán libres de su esclavitud interior. No hay ninguna manera de experimentar la libertad espiritual sin tener a Dios.

El libro de Romanos comienza con Pablo identificándose a sí mismo como “siervo de Jesucristo”. La única manera para ser verdaderamente libre, es rendir totalmente la vida al Hijo de Dios, ir dondequiera que Él nos conduzca y hacer cualquier cosa que Él desee. El Señor vino a hacernos libres de la esclavitud del pecado, para que pudiéramos relacionarnos mutuamente de una manera justa y cordial.

Si usted no tiene gozo, paz y gentileza, algo fundamental está faltando en su vida: no puede ser libre sin la libertad que hay en una entrega total a Cristo.

Una vez que usted conozca a Jesús como Salvador y Señor de su vida, preserve la libertad que Dios le ha dado. No permita que nadie lo abrume con reglas y normas, porque eso no tiene nada que ver con su aceptación por parte de Dios. ¡Manténgase firme! (Efesios 6:11, 13, 14). Confiando en que aquel que le salvó le guardará, y creyendo que usted no puede añadir nada a lo que Cristo hizo para lograr su salvación.

por Charles F. Stanley


1 Reply to “El Regalo de La Libertad (Charles Stanley)”

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

https://www.ibws4u.com/wp-content/plugins/wp-monalisa/icons/wpml_bye.gif 
https://www.ibws4u.com/wp-content/plugins/wp-monalisa/icons/wpml_good.gif 
https://www.ibws4u.com/wp-content/plugins/wp-monalisa/icons/wpml_negative.gif 
https://www.ibws4u.com/wp-content/plugins/wp-monalisa/icons/wpml_scratch.gif 
https://www.ibws4u.com/wp-content/plugins/wp-monalisa/icons/wpml_wacko.gif 
https://www.ibws4u.com/wp-content/plugins/wp-monalisa/icons/wpml_yahoo.gif 
https://www.ibws4u.com/wp-content/plugins/wp-monalisa/icons/wpml_cool.gif 
https://www.ibws4u.com/wp-content/plugins/wp-monalisa/icons/wpml_heart.gif 
https://www.ibws4u.com/wp-content/plugins/wp-monalisa/icons/wpml_rose.gif 
https://www.ibws4u.com/wp-content/plugins/wp-monalisa/icons/wpml_smile.gif 
https://www.ibws4u.com/wp-content/plugins/wp-monalisa/icons/wpml_whistle3.gif 
https://www.ibws4u.com/wp-content/plugins/wp-monalisa/icons/wpml_yes.gif 
https://www.ibws4u.com/wp-content/plugins/wp-monalisa/icons/wpml_cry.gif 
https://www.ibws4u.com/wp-content/plugins/wp-monalisa/icons/wpml_mail.gif 
https://www.ibws4u.com/wp-content/plugins/wp-monalisa/icons/wpml_sad.gif 
https://www.ibws4u.com/wp-content/plugins/wp-monalisa/icons/wpml_unsure.gif 
https://www.ibws4u.com/wp-content/plugins/wp-monalisa/icons/wpml_wink.gif