SERIE DE ESTUDIOS BIBLICOS: Los 10 Mandamientos.
ESTUDIO 6: «LO SAGRADO DE LA VIDA»
EXODO 20: 13
«No matarás»
Continuando con esta serie de estudios basados en los «Diez Mandamientos», consideraremos a continuación el sexto de estos mandamientos que está contenido en el versículo 13. Dice así Exodo 20: 13, «No matarás».
La palabra hebrea o la expresión hebrea «No matarás», podría traducirse «No cometerás homicidio». Considerando esta traducción vamos a estudiar el tema «Lo Sagrado de la Vida».
Los Diez Mandamientos no son meramente un episodio en la historia del Antiguo Testamento, pero podemos decir con toda seguridad que son la guía necesaria para todo aquel que busca la felicidad. La obediencia a ellos conduce a vivir una vida dentro de la voluntad de Dios. De igual manera enseña a relacionarnos con aquellos que nos rodean. Descubrimos a través del estudio de los mandamientos que la Santidad y la Felicidad están íntimamente relacionadas.
La ley fue dada a la nación de Israel como la base indispensable para la redención; por ese motivo en Exodo 20:13 se le dice a Israel «No matarás» o dicho en otras palabras, «No cometerás homicidio» .
La ley abre los ojos y cierra la boca, dejando a los hombres sin excusa ante Dios.
Ahora bien, la gran revelación del Nuevo Testamento, el Evangelio, viene a irradiarnos esperanza, pues Pablo en Romanos 10:4 dice: «porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree». Cristo es el cumplimiento de la ley, consecuentemente Dios justifica al hombre sin tener en cuenta los méritos de la ley. Teológicamente esto se llama «Justicia Imputada». Esto significa que la relación entre el hombre y Dios, interrumpida por el pecado, es restablecida por medio de Jesucristo. Jesucristo nos imparte vida, y esa vida impartida por él nos imparte justicia o sea una nueva relación con Dios que debe de desarrollarse. Por ese motivo, la obediencia a la ley de Dios no es por obligación sino que es inspirada por amor a Dios, por amor a Jesucristo.
¿Podríamos decir que la gracia de Dios, predicada en el Nuevo Testamento conduce a la persona a una condición de vida inferior en comparación con las personas del Antiguo Testamento? De ninguna manera. En realidad la condición de vida impuesta por la gracia de Dios es mayor que la del Antiguo Testamento.
Lo trágico de esta situación es que la Teología de la Liberación se preocupa mucho de la ética cristiana pero descuida totalmente el fundamento cristiano. Existe una tremenda necesidad de mostrar la ética cristiana como parte de nuestra vida de creyentes, o sea la ética cristiana al servicio del fundamento de nuestra fe. El sexto mandamiento nos dice: «No matarás», y el tema quenos proponemos desarrollar es «Lo Sagrado de la Vida».
La vida de todo ser humano está compuesta de tres partes. En 1a. Tesalonicenses 5:23 la Palabra de Dios nos explica que la vida humana está compuesta de tres partes, dice así el apóstol Pablo: » Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo». Notemos que este versículo nos dá a conocer los tres componentes de la vida humana, dice: «Y todo vuestro ser». La palabra ser involucra personalidad, la forma humana y la forma intelectual: espíritu, alma y cuerpo. Cuando leemos en Exodo 20:13, «No matarás» o bien «No cometerás homicidio» debemos observar este mandamiento a la luz de lo que el hombre es.
Aplicando la fórmula que el apóstol Pablo nos da en 1a. Tesalonicenses 5:23 podríamos analizar este mandamiento «No Matarás», de la siguiente manera: No debemos matar al espíritu, no debemos matar el alma, y no debemos de matar el cuerpo. Vamos a considerar por separado estos tres tópicos.
I) No debemos matar al espíritu: ¿Cómo podemos hacer eso? En Hebreos 3: 8-11 la Palabra de Dios nos da a entender como una persona puede matar al espíritu. Hebreos capítulo 3 versículos del 8 al 11 dice: «No endurezcáis vuestros corazones, Como en la provocación en el desierto, Donde me tentaron vuestros padres; me probaron. Y vieron mis obras cuarenta años. A causa de lo cual me disgusté contra esa generación, y dije: Siempre andan vagando en su corazón, Y no han conocido mis caminos. Por tanto, juré en mi ira: No entrarán en mi reposo». Hay dos maneras en las cuales una persona puede matar el espíritu. La primera es rechazando a Dios, «No endurezcáis vuestros corazones».
La segunda manera es contristando a Dios. Matamos al espíritu cuando rechazamos a Dios y matamos al espíritu cuando contristamos a Dios. En Efesios 4:30 nos habla de esto de una manera muy, pero muy clara y específicamente. «No contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención». Cuando una persona rechaza a Dios, comete un suicidio espiritual. Un cristiano contrista al Espíritu de Dios pecando, y comete un suicidio espiritual. Finalmente podemos cometer un suicidio espiritual, negando a Dios. En 1a. Corintios 2:10-13 dice así la Palabra de Dios: «Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual».
Este mandamiento de Exodo 20:13, se refiere a todo el ser, a todo el ser humano. A través de las palabras del apóstol Pablo descubrimos que ese ser humano está compuesto de tres partes: espíritu, alma y cuerpo. Al analizar este mandamiento bajo esta declaración de Pablo encontramosque en primer lugar no debemos matar al espíritu, y podemos matar al espíritu o cometer suicidio espiritual, cuando rechazamos a Dios (Hebreos 3: 8-11), cuando contristamos a Dios (Efesios 4:30) o cuando negamos a Dios ( I Corintios 2: 10-13).
No matarás no significa un hecho físico necesariamente sino todo el ser en el que hemos sido hechos. El hombre es espíritu, alma y cuerpo. «No matarás» implica una relación personal en lo que respecta a esa forma de homicidio, el homicidio espiritual.
II) No debemos matar el alma. De acuerdo al mandamiento de Exodo 20:13, «No matarás», incluye también a no matar el alma. Por eso el mandamiento no especifica solamente no matarás al espíritu o al cuerpo, sino también no matarás el alma. ¿Cómo podríamos matar el alma?
Primeramente por nuestros motivos. Mateo 5: 21-22 dice: «Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio, Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego.» No matarás implica nuestros motivos. Jesús haciendo referencia a Exodo 20:13 dice: «Pero yo os digo, que cualquiera que pensare acerca de un hermano en forma errónea, tal persona ha cometido homicidio en su propia alma». No matar el alma implica nuestros motivos.
En segundo lugar por nuestras actitudes. En 1a. Juan 3:15 la Palabra de Dios nos enseña: «Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él». Aquí se pone en juego nuestra actitud. Muchas veces, llegamos a cometer un homicidio sin darnos cuenta por motivo de nuestras actitudes.
Muchas personas piensan que lo sagrado de la vida se refiere solo al aspecto físico, pero Dios que nos hizo nos habla que la vida es sagrada en todos los aspectos, en el aspecto espiritual, en el aspecto del alma y en el aspecto del cuerpo. ¿Ha pensado usted cuál es su actitud para con aquellos que lo rodean? ¿Ha pensado usted cuál en su actitud para con aquellos que están en comunión en la misma iglesia? ¿Cuál es su actitud para con la raza humana? ¿Cuál es su actitud como individuo para con la persona de Dios? El que comete homicidio en su mente, no puede entrar en el Reino de Dios.
III) Finalmente este versículo 13 de Exodo 20, nos dice que no solamente al espíritu, al alma, sino que tampoco podemos matar el cuerpo. Muchos podrían preguntarse ¿Cómo podríamos hacer eso? Vamos a mirar dos aspectos donde debemos de prestar atención y cuidado, porque nos hablan de como nosotros usamos el cuerpo.
Primeramente, No debemos matar al cuerpo ignorando a su creador.
La Biblia dice en Génesis 2:7, «Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente». Dios formó al hombre del polvo de la tierra, la sustancia; sopló en su nariz aliento de vida, el espíritu; y fue el hombre un ser viviente. Ser viviente es la palabra alma, o sea, fue el hombre un alma viviente. Notamos y encontramos en la Palabra de Dios que cualquier individuo comete homicidio en sucuerpo cuando ignora a su creador.
¿Está usted ignorando al Dios que lo creó? ¿Está usted ignorando la verdadera esencia de ese Dios que lo formó? Quiera el Señor en su misericordia permitirle entender esta palabra de exhortación de Dios.
En segundo lugar, No debemos matar el cuerpo ignorando a su propietario. El apóstol Pablo en 1a. Corintios 6:20 nos habla de esto muy específicamente. Dice así Pablo: «Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios».
Hermanos, es tiempo de que pensemos seriamente en como usamos nuestros cuerpos porque no es nuestro, es de Dios dice la Biblia. Actuar independientemente de Dios es matar nuestro cuerpo, es negar la verdadera esencia de ese creador que lo hizo, es negar la verdadera esencia de su propietario. Lo sagrado de la vida, eso es lo que Dios quiere que entendamos en Exodo 20:13 y sin el Dios de la Biblia perdemos el valor de la Santidad de nuestras vidas. Esto es lo que nos enseña este versículo de Exodo 20:13.
Por Manuel Otero (Family Radio)
«Que Dios les bendiga «