Receta Para La Victoria
Lectura: Números 13:1, 2, 26-33
…pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron.
Hebreos 4:2.
Un visitante estaba haciendo un recorrido por una fábrica donde se generaba energía por medio de un torrentoso río que corría junto a sus muros. Sin embargo, todas las palancas internas estaban inactivas. «¿Cómo hacen funcionar las cosas?» –inquirió el visitante. Se le dijo que halase una manigueta que el guía le señaló. Inmediatamente, las ruedas comenzaron a dar vueltas y el lugar cobró vida con los movimientos.
De igual forma, el poder de Dios se aviva en el corazón de aquellos que se acercan a Él por fe. El que creamos o no determina si recibimos o rechazamos las cosas que el Señor ha prometido.
Por ejemplo, cuando los israelitas se enfrentaron con el problema de tener que avanzar contra los cananeos, la mayoría se aterrorizó por la fortaleza del enemigo. Sin embargo, Caleb no se alarmó con los gigantes opositores y sus ciudades amuralladas. Con un valor nacido de la fe dijo: «Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos» (Nm. 13:30). La promesa de Dios de que Israel había de heredar la tierra estaba acompañada de fe en el corazón de Caleb, y no retrocedió ante lo que parecía ser imposible.
¿Qué dificultades enfrentas hoy? Tú también puedes ser victorioso si confías en las promesas de Dios.
La fe es el vínculo que conecta nuestra debilidad con la fortaleza de Dios.
--HGB/NPD