Orando Con Propósito (Salmo 5)

SALMO 5
ORANDO CON PROPOSITO.

I. A través de peticiones.
II. A través de resoluciones.
III. Conclusión.

SALMO 5
«ORANDO CON PROPOSITO»

Este Salmo que pasamos a estudiar, encierra principios que nos enseñan a «orar con propósito». Es una oración en la cual encontramos detalladamente y en forma manifiesta dos actitudes:

1) Las peticiones que David hace.
2) Las resoluciones que David ha tomado como resultado de sus peticiones.

Comenzamos diciendo que en una oración en la cual existen peticiones sin resoluciones, es una oración vacía. Las oraciones que están llenas de peticiones, deben también ser cargadas con resoluciones como resultado de esas peticiones.

Bien, vamos a considerar entonces estos dos pensamientos del salmista:

I. SUS PETICIONES

1) En el vr. 1 encontramos la primera de sus peticiones: «Escucha, oh Jehová, mis palabras..» David apela directamente a Jehová. No por nada el apóstol Pablo hablándole a Timoteo le explica en su primera carta Cap. 2:5 : «Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre…» El apeló directamente a Dios para que su palabra sea escuchada. En la epístola a los Efesios Cap. 2:18 dice: «…porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre». Imagínense qué privilegio maravilloso tenemos, el privilegio de llegar al Padre de los cielos a través de Cristo Jesús. La primera petición que David establece para con Dios es que su palabra sea escuchada: «Escucha, oh Jehová, mis palabras…» ¿Habremos nosotros orado en ese espíritu y en esa dirección?.

2) La segunda petición es que David manifiesta que sus meditaciones sean consideradas: «…considera mi gemir…» En realidad David no usa la palabra «gemir» sino que usa la palabra «meditar». De esta manera él apela a que Dios examine sus pensamientos. En Exodo 14:15 leemos: «Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen». Vemos que Dios realmente considera nuestro pensamiento y nuestras meditaciones ¿verdad? Dios escucha nuestras oraciones, como hemos visto que Dios tomó nota de la oración de Moisés. ¿Y qué acerca de la oración de Ana que encontramos en el libro de 1a. Samuel Cap. 1? Vemos que allí hay una oración presentada a Dios y la contestación la encontramos en el vr.27: «Por este niño oraba, y Jehová me dio lo que le pedí». ¡Qué importante es lo que nos dice Ana! Debemos en nuestras oraciones establecer peticiones en las cuales clamamos a Dios para que El considere nuestras meditaciones.

3) Luego en tercer lugar, observamos que dentro de las peticiones que David hace, pide que sus clamores sean atendidos: «Está atento a la voz de mi clamor. Rey mío y Dios mío, porque a ti oraré». (vr.2). De esta manera podemos ver que David pide que Dios preste atención directamente a él, porque le presenta a Dios sus intenciones. Dice: «…a ti oraré». Vemos en esto que él apela a la misericordia de Dios, y no va a ir a otro que sea el Dios de Israel. ¿No es esto maravilloso? A ti te buscaré, oh Dios de Israel. Debemos tener en cuenta esto y debemos meditar seriamente acerca de lo que significa que nuestros clamores sean atendidos por Dios». «…Señor, ¿a quién iremos? -dijo Pedro a Jesús- Tú tienes palabras de vida eterna». (Juan 6:68).

4) Luego, la cuarta petición que David le hace a Dios: «Guíame, Jehová, en tu justicia, a causa de mis enemigos; Endereza delante de mí tu camino». (vr.8). En otras palabras, David dice: «Tengo tantosenemigos que me critican, tantos enemigos que están buscando mis errores, que te pido que me muestres delicadamente y pacientemente el camino recto para que yo no falle y no sea que caiga, y entonces ellos tengan de qué hablar. El apela a Dios para que él proteja su vida y para ello se somete a Dios. Esa es precisamente la clave, someterse a Dios: «Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta». (Romanos 12:1-2). De ello podemos aprender que cuando queremos proteger nuestra vida, debemos someternos a Dios pidiéndole su protección su poder sobre nuestra vida. (Lamentaciones 5:21).

Hay cuatro peticiones que David presentó a Dios: 1) que su palabra sea escuchada. 2) que sus meditaciones sean consideradas. 3) que sus clamores sean atendidos. 4) y que sus pasos sean guiados por la justicia de Dios para que no caiga y sea motivo de habladuría o de crítica, o de vergüenza para el Reino de Dios.

II. AHORA BIEN, ¿CUALES SON SUS RESOLUCIONES?

1) La primera de sus resoluciones es que orara en las primeras horas del día: «Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; de mañana me presentaré delante de ti, y esperaré». (vr.3). No he encontrado cosa mejor en mi vida personal que levantarme temprano por la mañana y buscar el rostro de Dios.

Hace dos años atrás, me encontraba en un campamento en la ciudad de Santa Cruz, California, y después del primer día de estar en ese campamento de enseñanza bíblica, me sentí turbado por que no podía sentir el poder de la presencia del Espíritu enseñando. Entonces le pedí a uno de los cuidadores la llave del edificio donde estaba el templo, y resolví ir a las cuatro de la mañana y tomar dos horas de oración frente a Dios, para luego desayunar y hacerme cargo de la predicación que sería de 10 a 12 de la mañana. La reunión cambió, el espíritu de relación entre unos y otros cambió totalmente; ¿y saben por qué? porque hubo un espíritu quebrantado. Creo que eso es lo que necesitamos sentir: Ir a Dios con un corazón quebrantado. El Señor nos dice que él ama al corazón contrito y humillado, y debemos hacerlo en las primeras horas de la mañana; reunirnos con el Señor, buscar su rostro, estrechar nuestra vida con él.

2) Su Segunda resolución fue: Muchas veces oramos y ejecutamos lo que nos pareció que Dios estaba por contestar. ¿Nos damos cuenta de eso? Pero no debe ser así. David dice, casa mañana me presentaré; es cierto, pero también cada mañana esperaré. ¿Hemos aprendido a esperar o somos apresurados como Pedro cuando vinieron a detener al Señor, y sin medir las consecuencias sacó su espada y le cortó la oreja al siervo del sumo sacerdote? El Señor tuvo que sanarle la oreja a aquel siervo. Debemos aprender a esperar.

3) La tercera resolución fue: «Mas yo por la abundancia de tu misericordia entraré en tu casa; adoraré hacia tu santo templo en tu temor». Notamos entonces que no solamente David esperará en el Señor, sino que también descansará en su obra de gracia. El dice que la abundancia de su misericordia entra continuamente a su presencia. Sí, David tenía un buen espíritu de oración, sí, el tenía un buen aliento para orar; sí, el se sentía confiado al llegar a la presencia de Dios, no sobre la base de sus méritos propios, sino que de esta manera declaraba el propósito de su mente. El descansaba no en su propia sabiduría, pero si en la misericordia que es de Dios. ¿No es esto un pensamiento maravilloso?

¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia». (Miqueas 7:18). Dios se deleita en la misericordia ¿sabíamos eso? Nosotros los hombres somos rápidos para juzgar, tenemos un espíritu tan altivo que creemos que somos los más justos del mundo, y cuando alguien comete un error o una falta en el reino de Dios, le caemos encima a tal persona y en vez de levantarla la aplastamos con todo. Pero Dios se deleita en la misericordia. Por eso, si en este momento estamos sufriendo por alguna falta de la cual no nos hemos arrepentido, no suframos más, no nos sintamos culpables porque el Dios de los cielos se deleita en perdonarnos. Por eso dice el salmista, descansaré en tu gracia. He de vivir tranquilo puesaquellos pecados que cometí y que fueron confesados ante Dios en un espíritu de arrepentimiento, yo sé que él me los ha perdonado.

4) Resolución: «…Adoraré hacia tu santo templo en tu temor». El ha de adorar a Dios en un espíritu de obediencia y de rectitud. Salomón nos explica lo que es temer a Dios: «El temor de Jehová es aborrecer el mal…» (Proverbios 8:13). Notamos entonces que en ese espíritu de rectitud, limpieza de corazón y honestidad con Dios, El se agrada y de esa manera aclara su estado espiritual.

¡Qué hermoso Salmo! Orando con propósito. En esos propósitos encontramos dos líneas de pensamientos que hemos explicado. Sus peticiones y sus resoluciones. Señor, escucha mi palabra; Señor, considera mi meditación; Señor, atiende mi clamor; Señor, guíame por tu justicia. Y luego las resoluciones: Señor, oraré en las primeras horas de la mañana; Señor, esperaré en ti; Señor, descansaré en ti; Señor, te adoraré en espíritu y en verdad.

III. CONCLUSION.

Hay algo que debemos aprender de este Salmo: Cuanto más nos comunicamos con Dios, más conocemos a Dios y entonces más le podemos satisfacer. Cuanto más hablemos con Dios, más conoceremos de El y podremos complacerle. ¿Estaremos dispuestos a orar con propósito? ¿Tomaremos también resoluciones? Dios nos bendiga para que así sea. Amén.

(Programa Radial con Gabriel Otero)