Una Mirada Retrospectiva (Salmo 18)

SALMO 18.
‘UNA MIRADA RESTROSPECTIVA’

Iniciamos el estudio de este Salmo concentrandonos en los Vrs.l al 3. El pensamiento de todo el Salmo es «Una mirada restrospectiva». David hace una mirada restrospectiva hacia el pasado y puede ver las evidencias de la gracia de Dios; y luego, al poder contemplar esas evidencias, toma las obligaciones impuestas por tales experiencias. Con ese pensamiento en nuestra mente vamos a pensar en este Salmo bajo ese topico general.

Nos encontramos frente a un rey que mira hacia atras en su pasado, y entonces, inspirado por el Espiritu Santo, escribe en las paginas gloriosas de la Biblia este maravilloso capitulo en el libro de los Salmos, que nos habla de «Una mirada restrospectiva» Esa mirada restrospectiva es vista desde dos aspectos: El primero de ellos es: La evidencia de la gracia de Dios. Y el segundo aspecto: Las obligaciones impuestas por tales evicias..

Vamos a analizar el primero de los aspectos de este pensamiento: La evidencia de la gracia de Dios. Dice David en los Vrs. l y 2: «Te amo, oh Jehova, fortaleza mia. Jehova, roca mia y castillo mio, y mi libertador; Dios mio, fortaleza mia, en el confiare; mi escudo, y la fuerza de mi salvacion, mi alto refugio.» Estos versiculos nos dan a entender en forma simple y clara, las evidencias de la gracia de Dios.

En primer lugar, vemos que la gracia de Dios le ayuda a David en sus debilidades: El dice: «Te amo, oh Jehova, fortaleza mia…» Vemos entonces que la evidencia de la gracia de Dios, se ve en la manifestacion propia de un ser que reconoce no sus propias fuerzas, no sus propias capacidades, sino la gracia de Dios como la fuerza de su vida. En 2.Corintios l2:7-9 encontramos una expresion similar expuesta por San Pablo, al ver la debilidad de su propia vida, en una circunstancia dada: «…respecto a lo cual tres veces he rogado al Senor, que lo quite de mi.» El esta hablando de lo que en el Vr.7 llama «un aguijon». Dice: «Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijon en mi carne, un mensajero de Satanas que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual -repetimos- tres veces he rogado al Senor, que lo quite de mi. Y me ha dicho: Bastate mi gracia.» Y fijemonos en lo que dice este Vr.9 que es el reconocimiento de Pablo: «…porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriare mas bien en mis debilidades, para que repose sobre mi el poder de Cristo.» Vemos que en este Salmo cuando David dice: «Te amo, oh Jehova, fortaleza mia…» que el poder de David no es su ejercito, no es la estrategia militar que el tiene innata en su propia vida, sino que de una manera humilde, David reconoce que la fortaleza es Jehova mismo. De la misma manera la for teleza del cristiano es Cristo mismo, y esto debe alentarnos a que la evidencia de la gracia de Dios se ve no en nuestra capacidad, sino en nuestra incapacidad.

En segundo lugar David dice: «Jehova, roca mi…» La expresion «Roca mia», nos habla de refugio. En el libro de Isaias Cap.5:4 leemos: «Porque fuiste fortaleza al pobre, fortaleza al menesteroso en su afliccion, refugio contra el turbion, sombra contra el calor; porque el impetu de los violentos, es como turbion contra el muro.» La expresion «Roca mia», usada aqui por el escritor sagrado en el Vr.2, es la misma palabra que encontramos en este versiculo que hemos leido de Isaias donde dos veces esta mencionada. «Porque fuiste fortaleza al pobre…» La palabra «fortaleza» es la palabra que hemos visto en este Salmo como «Roca mia»; y luego dice Isaias «…fortaleza al menesteroso…» Tambien la palabra usada en la frase «Roca mia». Podemos ver entonces que David reconoce dentro de la evidencia de la gracia de Dios, que la fortaleza de su vida es Jehova mismo. Tenemos pues estos dos aspectos tremendos de la evidencia de la gracia de Dios, por la cual David esta mirando en una forma retrospectiva: Primero que la evidencia de la gracia de Dios se manifiesta en nuestras debilidades; luego, que la evidencia de la gracia de Dios es nuestro refugio. Y aun continua David diciendo: «…castillo mio, y mi libertador;…» David expresa otra vez una palabra que nos muestra la evidencia de la gracia de Dios: «castillo mio» quiere decir «proteccion». Esta frase es la palabra hebrea que traducida al castellano significa: «Torre mia», es decir, un lugar donde nadie lo puede alcanzar. Por ello entonces vemos que dentro de la evidencia de la gracia de Dios, David manifiesta que Dios lo ha colocado en una posicion tal, que no podra ser alcanzado por su propio enemigo. Luego dice: «…Mi libertador;…» lo cual nos hace reconocer que solamente Dios nos ha libertado de la opresion del pecado. Recordemos el pasaje de Juan 8:32: «…y conocereis la verdad, y la verdad os hara libres.»

Solamente la verdad de Dios, la presencia del Espiritu de Dios y la aceptacion de la obra de Cristo, puede hacer libre al ser humano; y aqui el rey de Israel, mirando retrospectivamente en su pasado, enumera la gracia de Dios en su vida. En primer lugar, reconoce que en su debilidad Dios se hizo presente y el encontro fortaleza. En segundo lugar, el refugio de su vida, el amparo de su vida; esto se vio cuando el era pobre y menesteroso y entonces pudo decir: «Jehova es mi roca, (en el me apoyo)», porque a el pudo ir, al Dios de los cielos pudo acudir bajo cualquier circunstancia.

Luego David dice: «Castillo mio». Hablando de la proteccion que Dios da al cristiano, lo coloca en un lugar intocable, no por el pecado, pero intocable de la salvacion. Nadie podra quitar de nuestras manos una salvacion que Dios nos ha dado, porque el nos ha colocado sobre esa torre alta de proteccion.

David sigue enumerando y dice: «…mi libertador;…» La verdad de la palabra de Dios expresada y manifestada por el Espiritu de Dios a nuestro espiritu. Entendida y comprendida por nuestra mente y aceptada por nuestra voluntad, ha declarado a nuestra vida libre del pecado y por consiguiente podemos decir: «Jehova es mi libertador». Luego David avanza en forma progresiva en la evidencia de la gracia de Dios y dice: «Dios mio, fortaleza mia, en el confiare;…» Fijemonos en lo que dice David: «…en el confiare;…» y agrega: «…Mi escudo, y la fuerza de mi salvacion,…» (Vr.2). «Mi escudo», aqui nos habla de defensa. En Efesios Cap.6:l6 dice asi con respecto al escudo: «Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podais apagar todos los dardos de fuego del maligno.»

En este Salmo, en la primera parte de esta seccion, cuando David manifiesta la evidencia de la gracia de Dios, dice: Mi escudo, Dios es mi defensa! Y nosotros debemos preguntarnos: Como podra ser Dios nuestra defensa? Simplemente, usando la terminologia de la palabra escudo en el Nuevo Testamento, y aceptando lo que nos dice la Escritura en Efesios 6:l6 que hemos leido donde dice que el escudo del cristiano es la fe. Y entonces, si tenemos fe en la palabra de Dios, podremos decir como David: «Jehova… es mi escudo, y la fuerza de mi salvacion,…» Es decir, el poder de la salvacion no es lo que hemos creido, es en lo que hemos creido. Dice la epistola a los Romanos Cap. l:l6: «Porque no me averguenzo del evangelio, porque es poder de Dios…» al judio primeramente y despues al griego, al gentil. Para que es ese poder de Dios? Dice Pablo: «…para salvacion a todo aquel que cree;…»

Pensemos en esta evidencia firme de la gracia de Dios: «Dios es mi escudo» Cada vez que creemos en la palabra de Dios, cada vez que depositamos fe en las promesas de Dios, su palabra viene a ser para nuestra vida un escudo, y luego la fuerza de nuestra salvacion. Es decir, que no hemos sido salvos por lo que hemos hecho o por lo que otros nos han dicho, sino por lo que Cristo ha obrado en favor nuestro en la cruz del calvario.

Luego avanzando, David dice: «…mi alto refugio.» Y esto quiere decir que nadie podra detener nuestro avance hacia el cielo. Es como Pablo dice a los Efesios Cap.2:6-7: «…nos hizo sentar en los lugares celestiales…» Es decir, no solo nos ha salvado por gracia, sino que nos ha hecho sentar en lugares celestiales para que el poder y la gloria de Dios sea manifiesta en los siglos venideros. Vemos entonces que hay siete pasos, o siete evidencias de la gracia de Dios: Dios se ha hecho fuerte en nuestras debilidades; Dios es nuestro refugio; Dios es nuestra proteccion; Dios es nuestro libertador; Dios es nuestra defensa; Dios nos ha dado poder y nos ha dado sobre todas las cosas un lugar aceptable, definido en nuestra vida: El cielo. Por ello entonces, David da gracias a Dios por la evidencia de su poder.

Ahora David, en el Vr.3 cambia de pensamiento y comienza a mostrarnos las obligaciones impuestas por las evidencias de la gracia de Dios. Cuando el cristiano tiene esta gracia depositada sobre su vida, cuales son sus obligaciones al respecto? En primer lugar el Vr.l dice: «Te amo, oh Jehova,…» La primera obligacion que tenemos nosotros para con Dios, en vista de la evidencia de su gracia, es amarle. En Deuteronomio, quinto libro de Moises, Cap.6:5 leemos: «Y amaras a Jehova tu Dios de todo tu corazon, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.» Esto quiere decir que debemos amar a Dios sin reservas, sin guardarnos nada para nosotros.

(Programa Radial con Gabriel Otero)