Las Miserias Que Produce El Pecado y La Manera De Escapar a Ellas (Salmo 38)

SALMO 38.
«LAS MISERIAS QUE PRODUCE EL PECADO Y LA MANERA DE ESCAPAR A ELLAS»

En la lectura de los veintidos versiculos que componen este Salmo, nos damos cuenta que hay un pensamiento central que nos lleva poco a poco a meditar en lo que el salmista quiere que sepamos. Ese pensamiento es: «Las miserias que produce el pecado y la manera de escapar a ellas». De ahi el titulo de este estudio. Asi que, si bien las expresiones de este Salmo nos recuerda los horrores en los cuales Israel sucumbio como consecuencia de su pecado, bien puede aplicarse a la vida humana, al hombre o a la mujer que, desobedeciendo a Dios, decide pecar.

Comencemos entonces a mirar las miserias que produce el pecado. La palabra de Dios nos ensena que una vez que el pecado es cometido, produce muerte. En la epistola de Santiago, Cap.l:l4-l5, dice asi: «…sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraido y seducido. Entonces la concupiscencia, despues que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.» Vamos entonces a mirar aqui, como opera el pecado en la vida del pecador, es decir, que clase de muerte desarrolla ese pecado y la miseria que realmente produce en su vida.

En primer lugar, el Vr.2 nos habla de CONVICCION, dice asi David: «Porque tus saetas cayeron sobre mi, y sobre mi ha descendido tu mano.» Vemos aqui que Dios no marco al pecador de una manera libre, sino que «apunto» su flecha con precision a aquel que cometio el pecado. Por que? Porque la palabra de Dios es la que conoce el corazon humano. Nosotros podemos enganar a muchas personas, pero hay Alguien a quien no podemos enganar: Ese es Dios. En el libro del profeta Jeremias, Cap.l7:9, leemos: «Enganoso es el corazon mas que todas las cosas, y perverso; quien lo conocera?» Entonces la respuesta la encontramos en el Vr.l0: «Yo Jehova, que escudrino la mente, que pruebo el corazon, para dar a cada uno segun su camino, segun el fruto de sus obras.»

Podriamos pensar: Y como puede hacerse eso ahora? Como puede Dios venir y escudrinar nuestra mente hoy? La respuesta a estas preguntas la encontramos en la espitola a los Hebreos, Cap.4:l2, donde la Escritura dice: «Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y mas cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espiritu, las cuyunturas y los tuetanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazon.» vemos que el metodo que Jehova usa hoy para discernir y convencernos de la miseria de nuestro pecado, es su palabra. De ahi que, en este primer pensamiento general sobre las miserias del pecado, lo primero que el pecado puede producir en la vida del creyente, es la conviccion de que ha desobedecido a Dios y por consiguiente su relacion con Dios esta muerta.

Lo segundo es: DESORDEN. En el Vr.3, leemos: «Nada hay sano en mi carne, a causa de tu ira; ni hay paz en mis huesos, a causa de mi pecado.» Vemos aqui las caracteristicas que el pecado produce: Primero, problemas en el pensamiento, y luego irregularidades en el cuerpo fisico. Una conviccion real de pecado produce un terremoto en el alma, un desorden que el hombre no puede contener. Vemos entonces a traves de su palabra, a traves de lo que Dios quiere exponernos, que las iniquidades que el hombre hace, las paga. Y cuando esa conviccion se hace real, produce un desorden mental que alcanza consecuencias fisicas.

En el Vr.3, en su segunda parte, leemos nuevamente: «…ni hay paz en mis huesos, a causa de mi pecado.» Lo que nos muestra la tercera caracteristica de la miseria del pecado: Hace que nosotros nos sintamos realmente fuera de las condiciones normales. Deberiamos pensar antes de pecar, si estamos dispuestos a pagar las consecuencias.

En cuarto lugar, encontramos otro pensamiento que es profundo y y de un caracter muy importante. Se encuentra en el Vr.4: «Porque mis iniquidades se han agravado sobre mi cabeza; como carga pesada se han agravado sobre mi.» Aqui tenemos OPRESION. El pecado viene a ser como un peso; no lo podemos soportar, algo que no podemos llevar sobre nosotros mismos, algo que no podemos aguantar ya mas y que oprime la conciencia de tal manera que no existe ya practicamente mas descanso para el alma.

En quinto lugar, el Vr.5 dice: «Hieden y supuran mis llagas, a causa de mi locura.» Esto realmente no es una figura exagerada en la forma de hablar; no. Esta es una expresion sobria de lo que las consecuencias del pecado hace sobre el caracter y el efecto que produce en la vida de las personas. No hay balsamo fisico que pueda curar las heridas profundas que produce el pecado en la vida del hombre. Por eso David dice: «Hieden y supuran mis llagas». Llaga habla de algo que esta enfermo, que no se ha curado. Habla de algo que esta latente en nuestra vida. Realmente creemos que debemos comenzar a pensar bien firmemente en estas palabras del rey David. El pecado produce en nosotros tal reaccion que corrompe terriblemente el alma. El pecado produce en nosotros una «marca» tan profunda que destruye nuestra vida y aunque nos recuperemos y nos restablezcamos, el dolor es tan profundo que a veces se hace inaguantable. El termino es CORRUPCION, una corrupcion que avanza y que deprime. En el Vr.8 vemos que el salmista se siente desemparado y dice: «Estoy debilitado y molido en gran manera; gimo a causa de la conmocion de mi corazon.» En toda su naturaleza el salmista se encuentra sin posibilidades, sin capacidad para rehabilitarse de su maldad; se encuentra sin fuerzas. Esa es la condicion por la cual el pecado busca al hombre: Derrotarlo, destruirlo, gastarlo y bajarlo del lugar donde Dios lo puso.

Continuando con las consecuencias que el pecado produce en nuestra vida, pensemos en otro motivo, el cual se encuentra en el Vr.10: «Mi corazon esta acongojado, me ha dejado mi vigor, y aun la luz de mis ojos me falta ya.» Es decir, el pecado produce una ceguera total en nuestra vida, una ceguera por la cual practicamente no podemos discernir nuestra vida y no tenemos mas esperanza. Imaginemonos que nos pongan una venda y nos hagan manejar un automovil. Con toda seguridad que hemos de estrellarnos, no hay otra esperanza. Eso es lo que el pecado produce en nuestra vida: Nos ciega la verdadera luz del discernimiento moral que debemos tener. Gracias damos a Dios, que si bien existe la miseria del pecado, tambien existe la forma, la manera de escapar de el.

El segundo de los pensamientos que este Salmo trae a nuestra consideracion, es el hecho de que hay una manera de escapar a estas miserias que el pecado produce en nuestra vida. Miremos tres maneras o metodos que Dios ha expuesto y ha delineado para nosotros, para ayudarnos a escapar de la miseria del pecado.

El primer metodo es CONFESION. Vr.l8: «Por tanto confesare mi maldad, y me contristare por mi pecado.» Se necesita una declaracion completa de nuestra maldad. El que encubre su pecado no prosperara; pero, «Si confesamos nustros pecados,-dice l.Juan, Cap.l:9- el (Cristo) es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.» Encontramos que una de las maneras que Dios ha provisto para que nosotros escapemos de las consecuencias del pecado, de su miseria, es la confesion completa del mismo.

El segundo metodo es: CONTRICION DE ESPIRITU. David dice: «Portanto, confesare mi maldad, y me contristare por mi pecado.» Esto quiere decir: Arrepentimiento del mismo. La confesion no otorga una contricion del corazon, pero una confesion nos lleva a dejar el pecado de lado, nos induce, nos insta a ello. Es una conviccion en la cual hemos de encontrar paz. Tengamos en mente, clara y precisamente esta verdad: No podemos bajo ningun aspecto vivir una vida de confesion sin contricion de espiritu. Una vida que confiesa sin constrenir su espiritu, sin forzar su vida a dejar el pecado, es una burla en lugar de una confesion. Por eso Dios dice que la manera de evitar las consecuencias de la miseria del pecado, es la confesion. Cuando la confesion es hecha, encontramos que existe un arrepentimiento por olvidar lo que se hizo.

En tercer lugar, la provision de Dios o su tercer metodo para escapar del pecado, es la FE. El Vr.15 dice: «Porque en ti, oh Jehova, he esperado; tu responderas, Jehova Dios mio.» Vemos que la fe en Jehova, es otro de los metodos por el cual nosotros podemos escapar del pecado en nuestras vidas. Tengamos en cuenta que debemos meditar, pensar, saber y reconocer que el pecado ofrece y no trae otra cosa que miseria a nuestra vida. Pero tambien debemos gozarnos en la provision que Dios ha hecho para nuestra vida, a fin de escapar a las consecuencias, a la miseria del pecado. Esa provision no es nada mas ni nada menos que la confesion, la contricion de espiritu; odiar lo que antes se hacia y Dios en su misericordia ha de tratarnos en su justicia, pero tambien en su amor. Dios nos ayude a meditar en esto detenidamente.

Si estamos entre aquellos de los tantos que han caido en pecado, no lo encubramos, declaremoslo. David dice: «Por tanto confesare mi maldad y me contristare por mi pecado.» No tomemos el pecado como algo liviano, sino como algo de lo que Dios no se agrada y como hijos obedientes elevemos el rostro, busquemos su paz y seamos leales a su comunion. Sabemos que todo esto no es muy facil. Pablo dice en su epistola a los Romanos, Cap.7:15 lo siguiente: «Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago.» Por eso el apostol explica la lucha interna que tiene el hombre como consecuencia de su vieja naturaleza. Pero recordemos siempre que la palabra de Dios nos dice en el libro de l.Juan, Cap.4:4: «…mayor es el que esta en vosotros, que el que esta en el mundo.»

Permitamos que el Espiritu Santo conquiste nuestra vida, produzca en nosotros paz y como consecuencia, cuando nos hallemos viviendo en la miseria que produce el pecado, busquemos la manera que Dios tiene para escapar del mismo; sigamosla y de esa manera encontraremos una vez mas la paz con Dios, paz que no tiene precio.

(Programa Radial con Gabriel Otero)

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